El jefe de Estado turco Recep Tayyip Erdogan, de regreso en Ankara por primera vez desde el golpe de Estado fallido, presidirá este miércoles una reunión del Consejo de Seguridad nacional, antes de anunciar una “importante decisión”, mientras sigue la purga de miles de opositores.

El lunes, Erdogan avanzó ante sus simpatizantes en Estambul que tras la reunión haría un anuncio “importante”, mientras que varias decenas de miles de turcos se han visto afectados por la purga tras la intentona golpista, que también dejó más de 300 muertos.

La ausencia de Erdogan de Ankara, capital y sede de las instituciones, algunas de ellas muy castigadas por los bombardeos, había sido muy comentada en las redes sociales.

El hombre fuerte de Turquía debía dirigir en el palacio presidencial un consejo de seguridad nacional, compuesto por altos responsables militares y ministros ligados a la Defensa y la seguridad interior.

La capital vivió de lleno el intento de sublevación militar, con helicópteros y cazas volando bajo y bombardeando partes del parlamento y de la sede de la policía. Los alrededores del palacio presidencial donde se celebraran ambas reuniones también fueron disparados.

Un nuevo balance oficial elevaba los muertos a 312 durante el motín, la mayoría civiles.

Ambas reuniones se producen mientras Ankara extiende su masiva purga al ejército, la policía, el estamento judicial y la educación.

El miércoles por la mañana, el Consejo de Enseñanza Superior (YÖK) turco prohibió a los profesores universitarios los viajes de trabajo al extranjero.

Asimismo, el YÖK urgió a las universidades que tienen profesores fuera de Turquía a que los hagan regresar al país lo antes posible, salvo “necesidad imperiosa”.

Erdogan, fortalecido

El miércoles, el ejército volvió a bombardear posiciones de los rebeldes kurdos del PKK en Irak, por si alguien dudaba de su control absoluto sobre el ejército del aire y el resto de fuerzas armadas.

Aunque la identidad de los responsables del golpe siga siendo incierta, el sospechoso de ser el principal ejecutor es precisamente el general Akin Oztürk, máximo responsable de este ejército, y actualmente en prisión a la espera de ser procesado.

Erdogan se encontraba en el momento del levantamiento en la estación balnearia de Marmaris y regresó precipitadamente a Estambul, donde permanecía desde entonces.

Los acontecimientos han fortalecido la imagen del dirigente en su bastión, Estambul, que bajó en masa a las calles para apoyarlo, al igual que en otras ciudades como Ankara o Izmir.

Un responsable turco indicó a la AFP que el presidente había llegado a Ankara el martes por la noche, donde recibió, por primera vez desde el intento de golpe, a un dirigente extranjero para una reunión bilateral: el primer ministro georgiano Guiorgui Kvirikachvili, simbolizando la vuelta a la normalidad institucional.

El martes, las autoridades habían pedido la dimisión de más de 1.500 decanos de la universidad y había suspendido a 15.200 empleados del ministerio de Educación sospechosos de estar ligados al predicador Fethullah Gülen, acusado por el gobierno de ser el instigador en la distancia del levantamiento, aunque este lo ha desmentido formalmente.

Asimismo, el Alto Consejo de Radio y Televisión turco (RTÜK) anunció que había retirado las licencias a una veintena de cadenas de televisión y radio cercanas a Gülen, es decir, los medios vinculados a FETÖ/PDY, acrónimos del movimiento del clérigo.