La tarde de este viernes, un intento de golpe de estado se tomó Ankara y Estambul, dos de las ciudades más importantes de Turquía, donde las fuerzas militares intentaron derrocar el Gobierno de Recep Tayyip Erdoğan.

Horas de enfrentamiento, que empezaron a decaer al amanecer, cuando una parte importante de los golpistas decidieron rendirse ante la presión de la policía y la ciudadanía, quienes no le dieron tregua durante toda la noche.

Según se ha detallado, son más de 750 los militares que fueron detenidos, tras el intento de golpe de Estado que costó la vida a al menos 60 personas.

Junto a ello, el ministro del Interior Efkan Ala ordenó la destitución de cinco generales y 29 coroneles.

Las fuerzas armadas turcas, las más numerosas de la OTAN luego de las de Estados Unidos, tienen un largo historial de injerencia política: protagonizaron tres golpes de Estado en 1960, 1971 y 1980 y forzaron a un Gobierno de inspiración islamista a dejar el poder en 1997.

En la mayoría de esos casos, los golpes fueron encabezados por la cúpula militar.

Pero en este caso, varios altos jefes militares -habitualmente discretos y reservados- se alternaron en las cadenas de televisión turcas para denunciar un “acto ilegal” y pedirles a sus compañeros insurrectos que volviesen a sus cuarteles.

El último golpe fracasado en Turquía ocurrió en 1963 y su líder, un coronel, fue ejecutado. Luego Turquía abolió la pena de muerte.