“Vi cuerpos que salían disparados”, cuenta con horror una testigo del atentado del jueves en Niza, que presenció cómo un camión arrollaba a decenas de personas en el Paseo de los Ingleses, un lugar emblemático de la Costa Azul francesa.

Najate, de 52 años, estaba cruzando esta avenida costanera en el momento de los hechos. “Escuché un bum, me di la vuelta y vi el camión acelerando, y cuerpos que salían disparados. Se notaba que quería causar el máximo de víctimas. Iba rápido, y era horrible. Vi a un padre con su hijo de dos años en brazos. El pequeño estaba muerto. Luego dejé de contar los muertos“.

Suzy, una mujer jubilada de 65 años, relató que “el camión pasó muy rápido, y me dije: ‘no es posible, hay que irse’, cuando en realidad estábamos muy bien, los fuegos artificiales habían sido magníficos, estábamos tranquilos, contentos, y de pronto, el horror, un camión que aparece a toda velocidad, disparos (…) Tuve la suerte de encontrarme del buen lado del paseo. Estaba en la terraza de un café, y me abalancé al fondo”.

Pascale, quien se encontraba cerca del hotel Negresco, en el Paseo de los Ingleses, dijo que pensó enseguida en un atentado cuando vio un movimiento de masas. “Con mi pareja subimos por el paseo (de los Ingleses) para escuchar a un grupo de rock, pero la primera canción no terminó. Escuchamos gritos, gente empujando, y disparos. Hubo una desbandada general, y nos pusimos a correr como locos“.

“En un momento dado corrimos hacia el Negresco, y mi novio me dijo ‘salta, salta’. Teníamos la sensación de que nos estaban disparando. Corrimos hacia el mar para escapar a los disparos, había gente que iba hacia el mar”.

“Subiendo por el paseo nos encontramos con los desmanes que había hecho el camión. Unos marinos nos dijeron que un camión había atropellado a la gente. Había un chico joven gravemente herido. Corrí por todos lados en busca de un médico, que trajimos para que atendiera al joven. No sé qué ha sido de él. No tenía miedo, simplemente me pregunté qué podía hacer”.

Laroussi, un turista tunecino, señaló que estaban en la playa cuando vieron al camión a 120 ó 150 kilómetros por hora. “Se dirigió hacia el casino, y la gente se volvió loca. Vi a un niño cortado en dos, y su carrito estaba intacto. No hemos podido dormir en toda la noche, ha sido horrible”.

“¿Por qué no había retenes? Los policías tardaron 20 minutos en llegar”, puntualizó