El parlamento alemán empezó a debatir este jueves una nueva legislación que amplía la definición de violación y facilita la deportación de los extranjeros que cometan crímenes sexuales.

La nueva ley, bautizada por la prensa “No, quiere decir no” y que llevaba años siendo debatida, se aceleró tras la conmoción creada en Alemania la ola de agresiones sexuales cometidas la noche de fin de año en Colonia.

Muchas de esas agresiones fueron atribuidas a refugiados a pesar de que por el momento no hubo condenas.

Cualquier acto sexual “cometido contra la voluntad identificable de otra persona” se convertirá en infracción penal, según un acuerdo alcanzado en junio entre conservadores y socialdemócratas y que será debatido este jueves en el parlamento.

El texto supone un cambio con respecto al actual artículo 177 del código penal, en vigor desde 1998, que define la violación como relaciones sexuales obtenidas “por la violencia, por amenazas a la vida o a la integridad corporal” o cuando la víctima está “privada de defensa”.

Este texto ha sido muy criticado porque excluye las relaciones bajo amenaza de represalias profesionales o los casos en que la víctima de violación está ebria o paralizada por el miedo.

El gobierno había anunciado en 2014 una ley para “proteger mejor a las mujeres” y a mediados de marzo el ministro de justicia Heiko Maas había anunciado un proyecto de ley pero que no tocaba el artículo 177, lo que levantó una ola de críticas tras la indignación suscitada por las agresiones en Colonia.