Tres meses después de los atentados de Bruselas, Bélgica sigue bajo la amenaza de los yihadistas como demuestra la importante operación policial del sábado que terminó con la imputación de tres hombres por “intento de asesinato”.

Aunque las autoridades no lo han afirmado claramente, la ola de registros y detenciones de la madrugada del sábado en 16 localidades del país podría haber evitado nuevos ataques como los del 22 de marzo contra el metro y el aeropuerto de Bruselas, que dejaron 32 muertos y 300 heridos.

El gobierno no quiere reforzar la sensación de inseguridad, más teniendo en cuenta que la Eurocopa lleva estos días a miles de personas a ver los partidos en pantallas gigantes en la calle.

Pero existen varios indicios que apuntan a que se preparaba un ataque importante, empezando por la afirmación de la fiscalía federal belga, responsable de la lucha antiterrorista, de que “los elementos reunidos en el marco de la instrucción necesitaban una intervención inmediata”, según un comunicado difundido el sábado.

También es significativo que se llevaran a acabo “decenas” de operaciones, principalmente en Bruselas pero también en las regiones de Flandes (norte) y Valonia (sur).

Centenares de agentes registraron casas y un total de 152 garajes cerrados y también detuvieron a unas 40 personas. Doce de ellas comparecieron ante un juez, que finalmente decidió imputar a tres y ponerlas en detención preventiva.

Según información de prensa no confirmada oficialmente, los tres detenidos, Samir C., Moustapha B. y Jawad B, conocían a los hermanos Khalid et Ibrahim El Bakraoui y a Najim Laachraoui, los kamikazes que se hicieron estallar el 22 de marzo en el aeropuerto de Bruselas-Zaventem y en la estación de metro Maelbeek.

Atentado el fin de semana

También según la prensa los investigadores estaban convencidos, basándose en escuchas telefónicas, que una célula iba a cometer un atentado durante el fin de semana, coincidiendo con el partido Bélgica-Irlanda de la Eurocopa que se disputó el sábado por la tarde en Burdeos (Francia).

La fiscalía no dio detalles sobre posibles objetivos pero imputó a los tres hombres por “intento de asesinato en un contexto terrorista” y “participación en las actividades de un grupo terrorista”.

La operación habrá permitido al menos evitar incidentes durante el partido Bélgica-Irlanda (3-0), que el sábado siguieron miles de personas en todo el país, aunque la fiscalía admitió que durante la operación no logró encontrar “ni armas ni explosivos”.

Según Claude Moniquet, un experto en terrorismo consultado por la cadena France 24, la operación iba dirigida contra dos células pero “sólo pudo desactivarse una”.

El primer ministro Charles Michel elogió el sábado el “trabajo gigantesco” de los investigadores “que hacen todo los posible para desmantelar células terroristas con malas intenciones y a para intentar evitar que actúen”.

El órgano belga que analiza la amenaza terrorista (Ocam) decidió el sábado mantener en 3 (amenaza “posible y verosímil”) el nivel de alerta, sin aumentarlo.

El miércoles la prensa aseguró que la policía belga ha recibido información de la salida de Siria de varios combatientes del grupo Estado Islámico (EI) que estarían rumbo a Bélgica y Francia para cometer atentados.

En paralelo, la justicia sigue investigando los atentados del 22 de marzo e imputó el pasado viernes a una octava persona, Yousef E. A., (Ali El Haddad Asufi, según la prensa) que los medios aseguran que trabajaba en el aeropuerto en el momento del ataque y habría dado información a los hermanos El Bakraoui sobre los vuelos que salían ese día.