El nuevo secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, lleva a cabo una gira en Oriente Próximo para promover la línea dura de su país respecto a Irán e informar a sus aliados sobre la amenaza del presidente Donald Trump de abandonar el acuerdo nuclear iraní.

El responsable de la diplomacia de Estados Unidos aterrizó el domingo por la noche en Ammán, procedente de Tel Aviv, donde se había reunido con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, tras haber hecho lo propio con el rey Salmán y el príncipe heredero Mohamed bin Salman el sábado y el domingo en Riad.

El lunes, Pompeo cerrará su primer viaje desde que asumió el cargo reuniéndose con responsables jordanos.

“La ambición de Irán de dominar Oriente Medio persiste”
, declaró Pompeo junto a Netanyahu en Tel Aviv, al finalizar su reunión.

Por su parte, Netanyahu defendió que “Irán está tratando de devorar un país tras otro” y que “hay que pararlo en su búsqueda hacia la bomba nuclear. Hay que detener su agresión”.

‘No es negociable’

Horas antes, en Riad, el secretario de Estado había acusado a Irán de desestabilizar Oriente Próximo, incluso a través de su apoyo al presidente sirio, Bashar Al Asad, y a los rebeldes hutíes chiitas en Yemen.

Irán “apoya a milicias y grupos terroristas. Es un proveedor de armas de los rebeldes hutíes en Yemen y lleva a cabo campañas de piratería cibernética. También apoya al régimen asesino de Asad”, afirmó Pompeo en una rueda de prensa junto a su homólogo saudí, Adel Al Jubeir.

“Al contrario que la administración precedente, no descuidaremos la gran extensión del terrorismo iraní”, añadió.

Trump debe decidir el 12 de mayo si impone nuevas sanciones a Teherán, poniendo en peligro el acuerdo nuclear de 2015 que la mayoría de las potencias ve clave para evitar que Irán consiga armas atómicas.

“Si no podemos modificarlo (el acuerdo), [el presidente] se retirará de él”, avisó Pompeo en Tel Aviv.

En Washington, el consejero de seguridad nacional, John Bolton, afirmó que Trump aún no había tomado una decisión respecto al acuerdo sobre el programa nuclear iraní.

Por su parte, el presidente iraní Hasan Rohani advirtió el domingo que el acuerdo “no es negociable”.

“El acuerdo nuclear o cualquier otro asunto que dependa de él no es negociable de ninguna manera”, le dijo Rohani a su homólogo francés, Emmanuel Macron, durante una conversación telefónica, según una cita publicada en el portal de la presidencia iraní.

“Irán no aceptará ninguna restricción más allá de sus compromisos”, insistió.

Macron le dijo que “espera que el acuerdo se mantenga y que pronto puedan comenzar a hablar sobre otros tres temas indispensables”, según un comunicado de la presidencia francesa.

Esos tres temas son el control de las actividades nucleares de Irán cuando expire el acuerdo, en 2025, su programa de misiles y las crisis regionales, indicó, añadiendo que en un primer momento habría que centrarse en la situación de Siria y Yemen, en guerra.

‘Optimista’ sobre la crisis con Catar

Trump y los aliados de los estadounidenses en Oriente Medio creen que el acuerdo, aprobado por su predecesor, Barack Obama, es muy débil y debe ser reemplazado por un arreglo más permanente y complementado por controles sobre el programa de misiles de Irán.

Jubeir solicitó nuevas sanciones contra Teherán por su programa de misiles balísticos y su “interferencia en los asuntos de los países de la región”.

Irán ha sido acusado de entregar misiles a los hutíes chiitas en Yemen, que el sábado realizaron el último de una serie de ataques con misiles transfronterizos contra Arabia Saudita. Riad lanzó en 2015 una intervención militar contra los rebeldes después de tomar el control de grandes partes del país vecino.

Por otro lado, Pompeo dijo que habló sobre las llamadas de Trump para que Arabia Saudita y otros aliados de Medio Oriente contribuyan más a la estabilidad regional, incluso en Siria, donde Estados Unidos tiene más de 2.000 soldados.

“Tuvimos buenas conversaciones sobre eso, es un problema complicado en Siria”, añadiendo que estaba “seguro” de la ayuda saudí, pero que era demasiado pronto para discutir detalles.

El secretario de Estado se mostró “optimista” sobre un final a la crisis del Golfo, que ha visto a Arabia Saudita y otros aliados regionales imponer embargos comerciales y diplomáticos a Catar, aliado estadounidense.