Estados Unidos y Turquía no seguirán “actuando cada uno por su cuenta” en Siria y quieren “trabajar juntos” para superar la actual crisis, declaró este viernes en Ankara el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.

“No vamos a seguir actuando cada uno por nuestra cuenta, con Estados Unidos haciendo una cosa y Turquía haciendo otra”, dijo Tillerson en Ankara tras reunirse con su par turco, Mevlut Cavusoglu. “Trabajaremos juntos […] tenemos buenos mecanismos sobre cómo podemos lograrlo, hay mucho trabajo que hacer”, señaló.

Los dos países establecieron un “mecanismo” común para resolver “con prioridad” la situación en la ciudad siria de Manbij (norte), donde hay militares estadounidenses y donde Turquía amenazó con extender su ofensiva contra una milicia kurda aliada de Washington, que controla la zona.

Una de las principales tareas de Tillerson en su viaje a Ankara es apaciguar el enfado de Turquía con la política de Estados Unidos en Siria, una cuestión que generó la mayor crisis bilateral desde la guerra de Irak, en 2003.

Washington advirtió que la operación de Turquía contra la milicia kurda de las Unidades de Protección Popular (YPG) en la región de Afrin, en el norte de Siria, puede suponer una distracción de la lucha contra los yihadistas.

El grupo Estado Islámico (EI) controlaba la zona de Manbij hasta que fueron expulsados por las YPG, y Tillerson consideró fundamental que no vuelva a caer en manos de yihadistas.

Por su parte, Cavusoglu insistió este viernes que su país exigía la retirada de las YPG de Manbij antes de cualquier cooperación con Washington sobre esta cuestión.

“Podremos avanzar con Estados Unidos en total confianza cuando las YPG se hayan retirado [de Manbij]. Es necesario que las YPG salga de ahí”, insistió el ministro de Exteriores turco.

Ambos países acordaron también “oponerse con vehemencia” a cualquier intento de “crear hechos consumados” o “cambios demográficos” en Siria, según un comunicado conjunto entregado a la prensa tras la visita de Tillerson.