La masacre de San Valentín en una escuela de Florida donde 17 alumnos y profesores murieron a manos de un joven de 19 años armado con un fusil de guerra, encendió nuevamente el debate sobre la exigencia de leyes más estrictas para el control de armas en Estados Unidos.

Sin embargo una escuela pública del condado de Wagoner en Oklahoma, promueve una respuesta radicalmente opuesta: dotar de armas a sus profesores.

Desde 2015, la Okay High School es una de las cuatro escuelas de Wagoner adheridas a la “Política del Educador Armado” (Armed Educator Policy) donde profesores y otros miembros del personal están autorizados a portar armamento disimuladamente entre sus ropas.

Los recintos lo proclaman con orgullo, exhibiendo carteles de advertencia en los accesos. “Ciertos miembros del personal de esta escuela pueden estar legalmente armados y usarán toda la fuerza necesaria para proteger a nuestros estudiantes”.

“Poner un cartel en tu patio diciendo que esta es una ‘zona libre de armas’ sólo es decirle a los idiotas ‘pasen, porque no podemos defendernos’. Nuestros carteles son suficientes para convencer a alguien de que busque otro lugar donde hacer daño”, indicaba en 2016 el entonces superintendente de Educación, Charles McMahan, al medio local Tulsa World.

Y tras la matanza de este miércoles en Florida, los profesores parecen concordar en que es el camino correcto.

“Cada vez que hay un tiroteo en una escuela es una tragedia, sin embargo me hace pensar en nuestros planes de acción, en nuestras políticas. Mi hija está en esta escuela y sé que estará más segura acá que en cualquier otro lugar. Eso hace la diferencia para mí”, señaló a la cadena ABC el director y profesor de español, Mark Hayes, uno de los docentes autorizados para portar armas.

Los profesores que participan del programa reciben entrenamiento permanente en el manejo de armas, en una iniciativa que la administración local considera innovadora.

“He estado en muchas escuelas durante mi carrera, por lo que gracias a este programa y el estar en una escuela rural, me siento muy seguro. Considerando la situación actual, necesitamos políticas que protejan a nuestros niños”, manifestó el actual superintendente de Educación, Pete Hiseley, asegurando que han sido contactados por otras escuelas interesadas en desarrollar políticas similares.

La idea no es aislada. Este jueves, el exjuez de Nueva Jersey y analista político Andrew Napolitano, indicó que las escuelas del país deberían tener profesores armados siguiendo el modelo desarrollado en Israel.

“No puedes evitar que un lunático intente matar a alguien. La única forma de detenerlo es con mayor poder de fuego”, indicó a la cadena de noticias Fox.

“Se trata de profesores que entrenan y practican cada semana en silencio, sigilosamente, no se trata de que lleven ostentosamente un arma”, añadió.

TrailBlazer
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“Necesitamos leyes de control de armas ahora”

Pero la idea de dotar a los maestros de armas en forma masiva también tiene detractores. En una editorial donde aboga por leyes más estrictas de control de armas, el periódico Los Angeles Times lamentó estas propuestas.

“Escuchamos las arengas de los fanáticos de las armas asegurando que si esos profesores hubieran tenido armas, esto no habría terminado tan mal. ‘Terminado tan mal’. Piensen en ello un momento. Si una profesora de química hubiera tomado su revólver .45 y lo descargara sobre el atacante de hoy luego de que hubiera matado a cuántos, digamos, uno, tres, cinco estudiantes… ¿esas serían buenas noticias?“.

Una opinión similar tiene el guitarrista Caleb Keeter, integrante de la banda de música country de Josh Abbott, quienes se presentaron en el festival Ruta 91 de Las Vegas, cuando un francotirador asesinó a 58 personas disparando desde la ventana de un hotel aledaño.

“Había sido un defensor de la segunda enmienda (que permite poseer y portar armas) toda la vida, hasta que ocurrió este evento. Varios de nuestros integrantes tienen licencia de portar armas y teníamos armas legales en el bus. Fueron absolutamente inútiles”, destacó Keeter en Twitter.

“Un solo hombre tenía a su disposición una ciudad con un cuerpo de policía que intentaba desesperadamente obtener ayuda porque un loco tuvo acceso a una cantidad demencial de poder de fuego. Ya es suficiente. Necesitamos leyes de control de armas ahora y mi mayor lamento es que, tozudamente, no quise aceptarlo hasta mis hermanos y yo fuimos los amenazados”, sentenció.