Las autoridades de la ciudad de Nueva York declararon estado de emergencia debido a la ola de frío o “ciclón bomba” que afecta a Norteamérica, especialmente a la costa este de Estados Unidos y Canadá.

Cerca de 23,6 cm de nieve cayeron en medio de fuertes vientos de unos 80 km/h sobre la ciudad de Nueva York el jueves y miércoles, cuando se registraron temperaturas inferiores a los -4ºC y una sensación térmica de -11ºC.

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Tras la tormenta se espera más frío: la sensación térmica el viernes puede ser de hasta -30ºC, había alertado el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. Aunque los pronósticos de la jornada indican que la temperatura sólo llegaría hasta los -21º.

Los buses y el metro funcionan en la Gran Manzana, pero hay retrasos y varios trenes fueron anulados. El servicio de ferry fue suspendido al mediodía del jueves.

“Estamos ante una severa y muy peligrosa tormenta de nieve”, dijo de Blasio en una conferencia de prensa. “Quédense en sus casas, usen el transporte público si tienen que salir y cuiden a sus vecinos si precisan ayuda”.

Los planes de emergencia para recibir a personas sin hogar funcionan desde diciembre. La alcaldía de Nueva York abrió un sistema de transporte gratuito hacia los refugios.

Unas 12 personas murieron esta semana en Estados Unidos debido al frío glacial.

Bombogénesis

La borrasca es considerada un “huracán bomba”, en un proceso conocido como bombogénesis: al ganar fuerza a una velocidad increíble desde el miércoles, su presión cayó drásticamente.

Unos 4.315 vuelos han sido anulados, la mayoría en Nueva York, donde los aeropuertos cerraron, así como en Boston y Newark, en Nueva Jersey, según el sitio FlightAware.com. Otros 13.300 vuelos sufrieron retrasos.