Las condiciones de vida en Puerto Rico, devastado por el huracán María, empeoran cada día, con habitantes cansados y desconcertados que hacen filas para comprar los escasos víveres y combustible, en medio de cortes de energía y con un pobre servicio telefónico.

Los puertorriqueños pasan horas en interminables filas para comprar lo que puedan, aunque muchas veces terminan volviendo a casa con las manos vacías si no logran abastecerse antes de que comience el toque de queda, que rige por estos días desde el anochecer hasta el amanecer.

El servicio de telefonía celular es irregular y hasta los hoteles se están quedando sin combustible para sus generadores.

Donald Trump anunció el martes que visitará la próxima semana Puerto Rico, el presidente estadounidense se comunicó con el gobernador de la isla, Ricardo Rosselló, y le prometió “la asistencia continua” del gobierno federal.

“Iré a Puerto Rico el martes” próximo, dijo Trump a periodistas en la Casa Blanca, señalando que fijó la fecha del 3 de octubre para no Puerto Ricointerferir con los esfuerzos de recuperación.

“Esa gente es muy importante para todos nosotros”, dijo el presidente. “Hemos mandado enormes cantidades de alimentos y agua”, agregó.

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