El exdirector del FBI James Comey, despedido repentinamente hace diez días por el presidente Donald Trump, aceptó dar testimonio en una audiencia pública en el Senado estadounidense, anunciaron el viernes los jefes republicano y demócrata de la comisión de Inteligencia de esa cámara.

El despido de Comey, el 9 de mayo, cuando sus servicios investigaban los eventuales lazos entre integrantes del equipo de campaña de Trump y Rusia, sacudió a Washington, y las réplicas de esta decisión, inhabitual en un presidente de Estados Unidos, continúan agitando a la Casa Blanca.

Desde entonces el exjefe del FBI ha permanecido en silencio.

Potencialmente explosiva, su audiencia pública tendrá lugar después del último fin de semana de mayo, precisaron ambos integrantes de la comisión de Inteligencia del Senado en un comunicado común, publicado unas horas antes del inicio del primer viaje al extranjero de Trump.

“Espero que el testimonio del exdirector Comey permita responder a algunas de las preguntas planteadas desde que fue repentinamente despedido por el presidente”, señaló el senador demócrata Mark Warner, número dos de la comisión de Inteligencia.

“El director Comey ha servido a su país honorablemente durante numerosos años y merece poder contar su versión de la historia. Además, los estadounidenses merecen escucharlo”, agregó en el comunicado.

“Espero que aclarará a los estadounidenses los acontecimientos recientes que han sido abundantemente mencionados por los medios”, precisó a su vez el presidente de la comisión, el republicano Richard Burr, según el cual los integrantes del organismo tienen “prisa” en escuchar lo que Comey pueda decir acerca de la eventual injerencia rusa en las elecciones estadounidenses del 6 de noviembre pasado.

Trump siempre negó toda connivencia con Moscú durante la campaña electoral.

Según el New York Times, el presidente habría presionado a Comey para que archivara las denuncias contra Michael Flynn, efímero asesor del jefe de Estado en asuntos de seguridad nacional, sospechado de contactos con Moscú.

Comey se habría negado a ello y habría consignado esa conversación en algunas notas.

El viernes el Washington Post afirmó que la investigación del FBI sobre los vínculos entre el equipo de campaña de Trump y Rusia apunta a un alto funcionario actualmente en la Casa Blanca, asesor “cercano” del presidente.

El New York Times reveló a su vez este mismo viernes que Trump había calificado el 10 de mayo de “loco” a Comey, un día después de haberlo despedido, durante un encuentro con el canciller ruso Sergei Lavrov en el Salón Oval.