Corea del Sur y Estados Unidos empezaron este miércoles sus maniobras militares conjuntas mientras que el dirigente norcoreano Kim Jong-un instó a sus fuerzas a prepararse para un posible “ataque sin merced” contra el enemigo.

Estas maniobras siempre hacen aumentar las tensiones en la península dividida. Este año, se producen tras una prueba de misiles balísticos en Corea del Norte y el asesinato por envenenamiento con un agente neurotóxico del hermanastro de Kim Jong-un en Malasia.

Los efectivos que participan en estas operaciones conjuntas -llamadas “Key Resolve” y “Foal Eagle”- son similares a los del año pasado, declaró un portavoz del ejército estadounidense.

En 2016, 300.000 soldados surcoreanos y 17.000 estadounidenses formaron parte de las maniobras, así como embarcaciones estadounidenses estratégicas y elementos de la fuerza aérea estadounidense.

El portavoz afirmó que 3.600 soldados estadounidenses fueron desplegados para “Foal Eagle”, el primero de estos ejercicios, que duran dos meses, sin aportar una cifra global.

Pyongyang percibe estas maniobras como el ensayo general de una invasión de su territorio, mientras que Seúl y Washington aseguran que son puramente defensivas.

El dirigente norcoreano, de visita en el cuartel general de una unidad del ejército, elogió la “vigilancia” de sus tropas “contra las fuerzas enemigas estadounidenses y surcoreanas que se esfuerzan frenéticamente en vista a una invasión”, según la agencia oficial KCNA.

Además, pidió a sus solados que elaboren “contramedidas exhaustivas en vista a un ataque sin merced contra un ataque aéreo repentino del enemigo”, agregó KCNA el miércoles.

El presidente interino de Corea del Sur, Hwang Kyo-Ahn, advirtió que su país respondería con firmeza a cualquier provocación del norte y que buscaría un refuerzo de las sanciones de la ONU contra Pyongyang.

“El gobierno actuará para que el norte se dé cuenta de la inutilidad de sus armas nucleares” a través del refuerzo de su alianza con Estados Unidos, dijo.

Seúl y Washington anunciaron el año pasado la instalación en el Sur del sistema de defensa antimisiles estadounidense THAAD para proteger al país de eventuales ataques del norte.