Un jurado de Nueva York declaró culpable el martes a un hombre por el secuestro y el asesinato de un niño de seis años en Manhattan hace casi 40 años, un caso que conmocionó a la ciudad y a una generación entera de padres estadounidenses.

Etan Patz desapareció tras dejar la casa de sus padres para caminar solo por primera vez hasta la parada del bus escolar, a dos cuadras de su hogar en Soho, el 25 de mayo de 1979.

Su cuerpo nunca fue encontrado, y Etan fue declarado oficialmente muerto recién en 2001.

El estadounidense Pedro Hernández, que tenía 18 años en la época y trabajaba en una tienda de víveres cerca de la parada, fue hallado culpable al final de un segundo juicio, ya que otro jurado no consiguió llegar a un veredicto unánime en un primer juicio de cuatro meses en 2015.

Hernández, hoy de 56 años, “fue condenado por un cargo de homicidio en segundo grado y un cargo de secuestro de primer grado”, dijo un portavoz de la oficina del fiscal de Manhattan a la AFP.

El jurado deliberó durante nueve días antes de llegar a un fallo. Hernández debe ser sentenciado el 28 de febrero, dijo un asistente del juez Maxwell Wiley, que presidió ambos juicios.

En sus confesiones a la policía, Hernández declaró que atrajo al niño al subsuelo de la tienda, donde lo ahorcó. Dijo que puso su cuerpo en una bolsa plástica y lo tiró a un basurero próximo.

Su abogado Harvey Fishbein afirmó en el segundo juicio que las confesiones de Hernández fueron arrancadas por la fuerza por la policía, y que otras confesiones que su cliente hizo a amigos eran demasiados viejas y demasiado vagas como para ser válidas.

Los abogados de Hernández invocaron asimismo sus trastornos de personalidad, que le harían confundir ficción con realidad.

Tras su desaparición, el rostro del niño de ojos azules y cabello rubio ilustró durante meses los frascos de cartón de leche -una primicia en Estados Unidos- y estuvo en pantallas de Times Square.

Su desaparición dio nacimiento al Centro de Niños Desaparecidos, un red actualmente internacional.