A sólo 3 días de su investidura como presidente de la nación, Donald Trump cumplió una de sus más polémicas promesas de campaña y dio orden de construir el muro fronterizo entre Estados Unidos y México.

El propio mandatario había anticipado su determinación ayer a través de su cuenta de Twitter, donde escribió: “Mañana (hoy) tendremos un gran día en temas de seguridad nacional. Entre otras cosas, ¡vamos a construir el muro!”, en una publicación que ya suma más de 50 mil retuiteos y 170 mil “Me Gusta”.

“Un nación sin fronteras no es una nación. A partir de ahora, Estados Unidos recupera sus fronteras. Esto va a ayudar a desmantelar los carteles y a evitar que el dinero y las armas ilegales salgan de Estados Unidos y entren en México. Vamos a salvar vidas a ambos lados de la frontera”, aseguró durante una alocución tras la firma de la orden, asegurando que respeta y admira a los ciudadanos mexicanos.

Se tratará de un trabajo titánico, ya que pese a que actualmente existen 1.000 kilómetros de muros y alambradas que separan a ambos países, esto es sólo un tercio del total del territorio a cubrir. De hecho, a un costo proyectado de 6,5 millones de dólares por cada 1,6 kilómetros de extensión, en un muro de una sola capa, la congresista demócrata Nancy Pelosi advirtió que la idea del empresario podría pasar una factura total de hasta 14.000 millones de dólares.

Esto es equivalente al dinero para construir 25 puentes sobre el canal de Chacao, que separa la Isla Grande de Chiloé del territorio continental chileno, proyectado como el puente colgante más extenso de América Latina.

Según reporta la BBC, Trump dio orden de comenzar de inmediato los estudios para iniciar el emplazamiento del muro dentro de los próximos meses.

Pero… ¿cómo piensa financiarlo?

Herika Martínez | AFP
Herika Martínez | AFP

Sin embargo la gran duda es cómo el presidente logrará cumplir también con su promesa de que sea México el que pague el muro, situación a la que la nación azteca se ha negado tajantemente. Este tema debería ser abordado durante una reunión de funcionarios de alto nivel de ambos países, agendada para este 31 de enero.

“En ningún momento aceptaremos nada en contra de nuestra dignidad como país, ni de nuestra dignidad como mexicanos”, indicó a comienzos de este año el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

“Todo se nos reembolsará en una fecha posterior con cualquier transacción que hagamos con México. Sólo le digo que habrá un pago, que sucederá de alguna forma, quizás una forma complicada”, advirtió Trump este miércoles en una entrevista con la cadena ABC.

Estas formas complicadas se remiten a 3 fórmulas que el entonces aspirante a la presidencia postuló en 2015: aumentar el costo de las visas otorgadas a los mexicanos, aumentar las tarifas cobradas a los mexicanos para el cruce de la frontera (y que según Trump es una vía importante de personas que se quedan ilegalmente), y sin duda la más controversial, que es confiscar las remesas que muchos mexicanos envían a sus familias cuando estas provengan de inmigrantes indocumentados.

Para el gobernante, esto es moralmente aceptable debido al hecho de que Estados Unidos ha utilizado miles de millones de dólares en salud, vivienda, educación y seguridad social para mexicanos que residen ilegalmente en el país.

Pero pese a estas amenazas, Trump aún debe superar un escollo: cualquier mecanismo elegido deberá reembolsar los gastos de forma retroactiva, por lo que primero deberá convencer al Congreso estadounidense no sólo para que le entregue los fondos con los cuales financiar la obra, sino también para contratar a otros 5.000 guardias fronterizos adicionales.