Tras su primera noche en la Casa Blanca, el flamante presidente de Estados Unidos Donald Trump enfrentará este sábado una masiva manifestación impulsada por mujeres, cuya convocatoria ha corrido como riego de pólvora por las redes sociales.

Mientras Trump acaba su primer desayuno presidencial, decenas de miles de manifestantes se concentrarán en la capital estadounidense para pedirle más respeto a las mujeres, a los inmigrantes, a los musulmanes, a los discapacitados.

La “Marcha de las Mujeres”, que espera reunir a 200.000 manifestantes y avanzar dos kilómetros por el “National Mall”, donde Trump fue investido como presidente el viernes, es testimonio de la polarización de la sociedad estadounidense.

Una larga lista de oradores entre los que figuran el cineasta Michael Moore, la actriz Scarlett Johansson y la legendaria defensora de los derechos civiles Angela Davis calentará los ánimos de los manifestantes antes del inicio de la marcha.

Las cantantes Cher y Katy Perry y la actriz Julianne Moore también han anunciado su participación.

La convocatoria fue acogida también fuera de Estados Unidos: miles de australianos y neozelandeses dieron este sábado el pistoletazo de salida a la “Marcha de las Mujeres”, previstas en todo el mundo.

Miles de hombres y mujeres se congregaron en Sídney y Melbourne, en Australia, y en Wellington y Auckland, en Nueva Zelanda, para protestar por el desprecio que Trump ha mostrado en múltiples ocasiones contra las mujeres.

“No sólo estamos preocupados por las mujeres”, declaró una de las organizadores de la marcha en Sídney, Mindy Freiband. “Pensamos que muchas personas están amenazadas por este tipo de medidas”, añadió, en alusión a algunos de los proyectos de Trump.

“Un claro mensaje”

“La Marcha de las Mujeres enviará un claro mensaje al mundo y a nuestro nuevo gobierno en su primer día en el cargo de que los derechos de las mujeres son derechos humanos”, dijeron los organizadores.

Todo surgió con una idea de una desconocida abogada jubilada de Hawai, Teresa Shook, que creció como bola de nieve en las redes sociales.

“¿Y si las mujeres desfilaran masivamente en Washington durante la investidura?”, preguntó. Cuando fue a acostarse, tenía 40 “Me gusta”. Cuando se despertó, más de 10.000, y el llamado siguió creciendo.

Es la primera vez en 40 años que un mandatario recién elegido tiene una popularidad tan baja, de apenas 37%, según un sondeo de CBS News.

Aunque Trump ganó la elección con los 308 votos del colegio electoral, Hillary Clinton ganó el voto popular, con tres millones de sufragios más que su rival.

La derrota inesperada el 8 de noviembre de Hillary, que esperaba convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos, fue para muchas un gran golpe.

Unas 225.000 personas han confirmado su participación en la página Facebook de la marcha, y otras 250.000 dijeron estar interesadas en hacerlo.

Al menos 1.200 buses han pedido permiso para estacionar cerca del Mall.

Varios hombres -hermanos, maridos, novios e hijos de participantes- también asistirán a la marcha.

Un gorro rosa para pedir más respeto

“Apenas una semana después de la elección de Trump me compré el billete de bus para venir a Washington a la marcha. Para mí, es una cuestión de activismo pacífico”, dijo a la AFP Cecile Scius, una manifestante de 33 años de Queens, Nueva York, que tiene cuatro niños.

Como miles de manifestantes, Scius vestirá un gorro de lana rosa con dos orejas de gato, que fue tejido por vecinas de su barrio de Sunnyside y que se ha convertido en nuevo símbolo del desafío al nuevo gobierno.

Los sombreros o “pussy hats”, como se les llama en inglés, tienen orejas de gato: es un juego de palabras ya que “pussycat” es gatito y “pussy” es coño, con un tono peyorativo.

La palabra recuerda directamente a un audio de 2005 filtrado en la campaña electoral en el cual el futuro presidente, conocido por su retórica polémica y divisiva, aseguraba que “cuando eres una estrella, (las mujeres) te dejan hacerlo. Puedes hacer lo que quieras. Puedes agarrarlas por el coño”.

La organización del denominado “PussyHatProject” (www.pussyhatproject.com), liderada por dos tejedoras de California, dijo haber recibido ya más de 60.000 sombreros para la marcha.

La gran protesta es apoyada por decenas de ONGs con valores totalmente opuestos a los del presidente republicano de 70 años. Es un diverso cóctel de defensores de los derechos cívicos, inmigrantes, musulmanes, militantes del medio ambiente, pro-aborto, pro-métodos anticonceptivos, de las drogas suaves, feministas, pacifistas, homosexuales, indígenas.

Es oficialmente apoyada por Amnesty International y Planned Parenthood, la mayor red de planificación familiar del país, al cual los republicanos del Congreso quieren quitar financiamiento.

También estarán presentes representantes del movimiento Black Lives Matter, una asociación especializada en la denuncia de abusos policiales contra los negros.

Unas 300 “marchas hermanas” se llevarán a cabo en otras grandes ciudades del país, como Nueva York, Boston, Los Angeles y Seattle, así como en el extranjero.

Holly Daudelan, de 24 años, participará en la marcha de Nueva York en apoyo de Planned Parenthood.

“Queremos mostrar que las mujeres estamos unidas, que vamos a ayudarnos unas a otras” para “defender nuestra democracia”, dijo esta joven que trabaja en un blog de comida y tejió su propio gorro de lana rosa.

Poetas y escritores han anunciado asimismo lecturas públicas para denunciar a Trump en ciudades estadounidenses y de otros países.