El presidente electo Donald Trump regresará en la noche de este domingo a Nueva York luego de un fin de semana de consultas en uno de sus campos de golf, tras prometer un gobierno inteligente y diversificado, probablemente con el comandante (r) James Mattis en Defensa.

“Mantuvimos exclusivamente buenas reuniones”, dijo el magnate republicano, elogiando a “la muy buena gente” que lo visitó el fin de semana.

Hasta ahora Trump ha designado a un puñado de personalidades controvertidas, muy criticadas por los demócratas y las asociaciones de defensa de los derechos civiles, por ejemplo en Justicia y Seguridad nacional, pero también abrió el espectro al recibir a republicanos moderados, exrivales, representantes de la sociedad civil y empresarios.

El domingo en la mañana Trump se declaró “muy impresionado” con Mattis, tras haberse reunido con él el sábado, afirmando que es “un verdadero general de generales”.

Mattis, de 66 años, comandó un batallón de la marina durante la primera guerra del Golfo y una división de la marina durante la invasión a Irak en 2003.

El vicepresidente electo, Mike Pence, elogió el domingo en la cadena Fox “la legendaria carrera militar” de Mattis.

El general retirado Jack Keane dijo a su vez la radio NPR que se le ofreció el cargo de secretario de Defensa, pero que lo rechazó por razones personales y que recomendó a Mattis y al exdirector de la CIA James Petraeus.

El sábado, Trump había recibido al candidato republicano a la presidencia en 2012 Mitt Romney, uno de sus rivales en las últimas primarias republicanas, con quien discutió sobre asuntos internacionales.

Pence confirmó que Romney es un potencial candidato a ocupar la secretaría de Estado.

Tras haber comenzado la jornada del domingo en la iglesia en compañía de su compañero de fórmula, Trump encadenó 12 reuniones, entre ellas con personalidades afro-estadounidenses, como el fundador del canal de televisión BET, Robert Johnson y el republicano de Oklahoma T.W. Shannon.

Otros políticos se acercaron este domingo hasta el lujoso club de golf de Trump, como el candidato a secretario de Estado y exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani; el defensor de la “autodeportación” de indocumentados Kris Kobach, y los inversores millonarios Wilbur Ross (considerado para secretario de Comercio), David McCormick y Jonathan Gray.

“¿Por qué nosotros, como votantes negros, no deberíamos rechazar la noción de que estamos encerrados en un partido que sin duda limita y diluye nuestro poder de voto?”, escribió Johnson.

Las encuestas demostraron que 88% de los electores afroamericanos votaron por la demócrata Hillary Clinton y sólo 8% se inclinó por Trump.

Romney está en carrera para el puesto de secretario de Estado, pese a haber denostado a Trump durante la campaña, describiéndolo como un “fraude” y reprochándole propuestas como la de prohibir el ingreso al país de musulmanes extranjeros.

Si fuera elegido, Romney traería una mirada republicana más ortodoxa a la política exterior.

Entre las otras figuras que fueron recibidas el sábado en Bedminster está Michelle Rhee, controvertida exdirectora de las escuelas públicas de Washington, a quien Trump calificó de “muy talentosa”.

Por ahora Trump anunció las designaciones del senador ultraconservador Jeff Sessions al frente del Departamento de Justicia, y del congresista por Kansas Mike Pompeo, integrante del Tea Party, ala ultraconservadora del Partido Republicano, al frente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

También anunció al general retirado Michael Flynn como su asesor de Seguridad Nacional, un puesto que no necesita la aprobación del Senado.

Flynn escribió en febrero en Twitter que “el miedo a los musulmanes es racional”.

“Hay evidentemente aspectos de esta religión que son problemáticos, pero no es el caso de todos” los que la profesan, dijo a la cadena ABC, Reince Priebus, presidente del Partido Republicano y futuro secretario general de la Casa Blanca.