El líder norcoreano, Kim Jong Un, analizó formas de lograr una distensión en la península de Corea con una delegación de alto nivel enviada por el gobierno de Seúl a Pyongyang, informó el martes la agencia estatal KCNA.

Kim dio una “cálida bienvenida” a los funcionarios surcoreanos, quienes le entregaron una carta del presidente Moon Jae-in.

También “tuvo una conversación honesta con la delegación de enviados especiales del Sur sobre los problemas vinculados con la mejora efectiva las relaciones Norte-Sur y con las garantías de paz y estabilidad en la península coreana”, dijo KCNA.

“Después de haber escuchado al emisario especial evocar el proyecto de una cumbre del presidente Moon Jae-In, hubo un intercambio de puntos de vista y dio su aprobación” a esta idea, indicó la agencia.

Esta reunión con altos funcionarios de Corea del Sur que se trasladaron al Norte es la primera en más de una década y el último paso en el acercamiento entre las dos Coreas, favorecido por los Juegos Olímpicos de Invierno en el Sur.

La delegación presiona para que el régimen de Pyongyang, en medio de una carrera nuclear, se siente a dialogar con Estados Unidos, después de que la hermana del líder norcoreano, Kim Yo Jong, acudiera a los Juegos de Pyeongchang.

La visita de Kim Yo Jong fue la primera de un miembro de la dinastía en el poder en el Norte desde el fin de la Guerra de Corea (1950-1953). Kim Yo Jong aprovechó la ocasión para invitar al presidente Moon a una cumbre en Pyongyang.

Los Juegos proporcionaron “un buen ambiente para la reconciliación, la unidad y el diálogo entre el Norte y el Sur”, dijo Kim Jong Un a la delegación visitante según KCNA.

El presidente surcoreano intentó aprovechar los Juegos de Pyeongchang para abrir un diálogo entre Pyongyang y Washington, con la esperanza de rebajar las tensiones en la península de Corea.

“Prevemos discusiones de fondo sobre las maneras de proseguir no solo el diálogo intercoreano sino también el diálogo entre Corea del Norte y la comunidad internacional, incluyendo Estados Unidos”, había declarado antes de viajar a Pyongyang el consejero de Moon para la seguridad nacional, Chung Eui-yong, quien encabeza la delegación surcoreana, de 10 miembros.

Washington, próxima parada

Corea del Norte, aislada y empobrecida, desafió el año pasado las sanciones de la ONU y realizó su ensayo nuclear más potente hasta la fecha, además de lanzar varios misiles, capaces de alcanzar el territorio continental estadounidense.

El clima todavía se tensó más con los insultos personales y amenazas apocalípticas entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano. El primero trató al segundo de “pequeño hombre cohete”, y Kim dijo del mandatario estadounidense que era un “viejo enfermo mental”.

Se trata de la primera delegación ministerial surcoreana que se desplaza a Corea del Norte desde diciembre de 2007.

Un año después, el presidente conservador Lee Myung-bak llegó al poder y las relaciones intercoreanas se distanciaron.

Entre los miembros de la actual delegación, que regresará el martes, figura Suh Hoon, el jefe del servicio de inteligencia de Corea del Sur (NIS).

Este veterano de las relaciones con Corea del Norte tuvo un papel fundamental en las negociaciones que terminaron en cumbres intercoreanas en 2000 y 2007.

Está previsto que la delegación surcoreana se dirija el miércoles a Washington para informar sobre su viaje al Norte, según la presidencia surcoreana.