El incendio de un buque petrolero iraní ante las costas chinas, que los servicios de emergencia aún intentaban apagar este viernes, ha provocado tensión entre ambos países, a causa de la desaparición de decenas de tripulantes en alta mar.

El buque cisterna “Sanchi“, con 136.000 toneladas de crudo iraní a bordo, chocó con el “CF Crystal”, un mercante registrado en Hong Kong, el pasado sábado a unas 160 millas náuticas al este de Shanghái.

Desde entonces, el petrolero iraní está en llamas, y 31 marineros, principalmente iraníes, están desaparecidos. Sólo se ha encontrado un cadáver.

Las autoridades iraníes aseguran que los tripulantes desaparecidos podrían hallarse aún a bordo del navío, en un sector a resguardo del fuego, y exigen a los bomberos chinos que los encuentren.

Pero los buques que están intentando apagar el incendio se enfrentan a condiciones marítimas difíciles. El viento, la lluvia y los humos tóxicos impiden acercarse al “Sanchi”.

El buque, de 274 metros de eslora, está en llamas y “supone un gran peligro para los rescatistas” reaccionó el ministerio de transporte chino.

El barco transportaba crudo ligero hacia Corea del Sur.

“Está claro que los chinos no colaboran lo suficiente”, denunció el vicepresidente del Sindicato de la Marina Mercante iraní, Saman Rezaie, a la AFP.

Según la Compañía nacional iraní de buques cisterna, que fletó el barco, China está más interesada en limitar el derrame de crudo en el mar que en salvar a los miembros de la tripulación.

Los 21 marinos chinos del buque “Crystal”, que no se incendió, pudieron ser rescatados.