Un disidente chino fue condenado este martes a ocho años de cárcel, la sentencia más severa impuesta a un defensor de los derechos humanos desde la reelección de Xi Jinping a la cabeza de China el pasado octubre.

Wu Gan, detenido en mayo de 2015 cuando trabajaba en un gabinete de abogados de Pekín, fue condenado por un tribunal de la ciudad de Tianjin (norte) por intento de “subversión”, declaró a la AFP su abogado, Ge Yongxi, en el exterior del palacio de justicia, al que la prensa extranjera no tuvo acceso.

La sentencia parece ser la más severa contra disidentes en China desde junio de 2016, cuando dos miembros del Partido Democrático chino, Lu Gengsong y Chen Shuqing, fueron condenados respectivamente a 11 y 10 años y medio de cárcel por el mismo motivo.

También es la condena más dura desde el Congreso del Partido Comunista Chino (PCC), durante el cual el presidente Xi pidió “defender la autoridad del partido y el sistema socialista chino y oponerse categóricamente a cualquier palabra o acción que los socaven”.

Wu Gan, de 44 años, fue arrestado en 2015 en medio de una serie de detenciones a unos 200 abogados, juristas y militantes que se encargaban de casos delicados. La mayoría de ellos fueron puestos en libertad pero varios fueron encarcelados. Wu Gan es ahora el que ha sido más duramente condenado de este grupo de disidentes llamado “709”.

Otro miembro de este grupo, el abogado Xie Yang, también fue condenado el martes por subversión por un tribunal de Changshá (centro), pero los jueces decidieron dispensarle la pena a raíz de su “arrepentimiento” y porque sus “crímenes” no causaron “daños graves” a la sociedad, según un video de la audiencia, difundido en la red social Weibo.

Después de haberlo tenido incomunicado durante seis meses, Xie Yang, a través de sus abogados, acusó a la policía china de haberlo torturado, lo que desató las críticas de varios países occidentales a principios de año.

Xie Yang se retractó luego de estas acusaciones y se declaró culpable en su proceso en mayo. El martes, delante de la corte, pidió disculpas por haber inducido a la opinión al error “sobre esta cuestión de tortura”.

Su mujer, junto a sus dos hijas, abandonó clandestinamente China a principios de año para instalarse en Estados Unidos.