El presidente chino, Xi Jinping, presidió el viernes las fastuosas celebraciones del 20º aniversario de la retrocesión de Hong Kong a China, en medio de un importante dispositivo de seguridad destinado a disuadir toda veleidad de hostilidad hacia Pekín.

Xi Jinping llegó el jueves a esta ciudad dividida. Miles de policías fueron desplegados para mantener alejados a los militantes locales que denuncian la influencia política cada vez mayor de Pekín en los asuntos de esta ex colonia británica que en 1997 pasó nuevamente bajo la órbita china.

La policía prohibió una manifestación de independentistas que debía llevarse a cabo el viernes por la noche y que decidieron por lo tanto suspenderla.

La policía cercó el barrio en el que debía llevarse a cabo la manifestación.

Las fuerzas de seguridad también estaban presentes en una zona oficialmente reservada a los mítines, cerca del Centro de Convenciones en donde el presidente Xi era el invitado de honor de un banquete de aniversario.

Unas decenas de manifestantes se congregaron por la noche para gritar “¡Pongan fin a la dictadura del partido único!”.

Poco antes manifestantes pro y anti-Pekín se insultaron hasta el cansancio, separados por cordones de policías.

Una parte de la población hongkonesa está convencida de que Pekín ya no respeta el principio de “Un país, dos sistemas”.

Este le garantiza a Hong Kong, en teoría hasta 2047, unas prerrogativas desconocidas en el continente, como la libertad de expresión, un sistema judicial independiente o una dosis de sufragio universal en la elección de su órgano legislativo.

En un banquete al que asistían diputados y empresarios, el presidente chino saludó el papel de Hong Kong en el desarrollo económico de China y pidió a los hongkoneses que creyeran en ellos mismos y en China.

Desfile militar

“De pequeño pueblo de pescadores ignorado, Hong Kong se transformó en metrópoli internacional gracias a la ruda labor de generaciones de hongkoneses”, declaró Jinping.

“Cuando el país se porta bien, Hong Kong se porta aún mejor”, añadió.

Por la mañana, Xi Jinping asistió al desfile militar más importante que se haya organizado en la excolonia en las últimas dos décadas.

A bordo de un vehículo todoterreno el presidente chino pasó revista a las tropas del ejército de tierra, la fuerza aérea y la marina chinas, lanzando “¡Buenos días, camaradas!” a las tropas, que respondían al unísono: “¡Buenos días, presidente!”.

Vehículos lanzamisiles, helicópteros de combate y carros blindados enmarcaban esta solemne revista.

El Ejército Popular de Liberación (EPL), encargado de la defensa de Hong Kong, sólo cuenta con militares de China continental.

No eran pocos los hongkoneses que, con el recuerdo de la represión del movimiento de Tiananmen todavía muy vivo, temían la llegada del ejército chino a su ciudad en 1997. Pero, desde entonces, el EPL se ha mantenido discreto.