Al menos 139 personas murieron y un centenar resultaron heridas este domingo tras la explosión de un camión cargado de combustible en el centro de Pakistán, muchas de ellas cuando estaban intentando recoger la gasolina derramada en el suelo.

Numerosos paquistaníes estaban en las carreteras para reunirse con sus familias con motivo de las celebraciones del Eid al Fitr, que culminan el mes sagrado de ayuno musulmán del Ramadán.

“El balance de muertos es de 139 y la mayoría de los heridos están graves”, dijo a la AFP el ministro de Salud del estado de Pendjab, Salman Rafiq.

Las primeras imágenes difundidas por la televisión mostraron una espesa columna de humo desprendiéndose de un tramo de carretera engullido por las llamas.

Los bomberos hizo lo posible por apagar el incendio, que dejó más de 100 vehículos calcinados —coches, minibuses y motos- en la autopista que une la ciudad portuaria de Karachi, en el sur del país, a la provincia de Punyab, en el centro.

Según la policía, el camión transportaba 40.000 litros de combustible de Karachi a Lahore, la capital de Punyab.

El accidente se registró a primera hora del domingo cerca de la ciudad de Ahmedpur East, a unos 500 kilómetros al sur de Lahore.

La calzada estaba llena de utensilios de cocina, cazuelas y bidones que las víctimas llevaban consigo para recoger la gasolina.

“Los habitantes de la vecina localidad de Ramzanpur Joya se precipitaron al lugar del accidente con cubos y otros contenedores y numerosas personas en moto se pararon para recoger el carburante”, señaló a la AFP el jefe de la policía regional, Raja Riffat,

“Conmocionados”

Los testigos indicaron que el camión volcó después de que le estallara una rueda, cuando se vio obligado a hacer una maniobra brusca, agregó el jefe de la policía.

“Estamos conmocionados”, dijo Hafiz Sohail, a la espera de recuperar el cuerpo de su tío y de su primo de 13 años, ambos fallecidos cuando estaban intentando recuperar un poco de gasolina

“¿Qué haremos ahora con esta gasolina? ¿Para que sirvió hacer esto?” se lamentaba Sohail, otro habitante señalando un cubo en el suelo, que cuenta como vio al chófer gritando en vano a la gente que se alejaran del camión.

Entre el centenar de heridos hospitalizados hay muchos quemados en más del 80% de su cuerpo, según un médico local que no quiso identificarse.

El ejército de Pakistán envió helicópteros para evacuar a los heridos y los hospitales más cercanos estaban en alerta.

El primer ministro Nawaz Sharif expresó su “profunda tristeza” y ordenó a las autoridades locales que suministraran “toda la asistencia médica necesaria a las víctimas”.

Pakistán tiene un triste historial de accidentes de tráfico mortales debido al mal estado de sus carreteras, la falta de mantenimiento de los vehículos y la imprudencia de los conductores.

Al menos 62 personas, entre ellas mujeres y niños, murieron calcinadas en el sur de Pakistán en 2015 cuando el autobús en el que viajaban chocó contra un camión cisterna cargado de gasolina y se incendió.

Pakistán tiene también problemas para contener una crisis energética crónica y sufre cortes continuos de suministro, lo que asfixia la industria nacional y exacerba el descontento de la población.

El fin del Ramadán ya se vio enlutado por una serie de atentados que dejaron al menos 57 muertos en el país y que llevaron a las autoridades a intensificar la seguridad en el país.