El gobierno surcoreano confirmó el miércoles que el hombre asesinado en Malasia era efectivamente el hermanastro del líder norcoreano, Kim Jong-un, como lo habían anunciado la víspera varios medios.

“Nuestro gobierno está seguro de que el hombre asesinado es Kim Jong-nam”, declaró Chung Joon-hee, portavoz del ministerio surcoreano de Unificación, que se encarga de los asuntos entre las dos Coreas.

Poco antes, el presidente surcoreano interino, Hwang Kyo-Ahn, estimó que este crimen, cometido el lunes, demostraba “la brutalidad y la naturaleza inhumana del régimen” de Pyongyang.

“Si se confirma, el asesinato de Kim Jong-nam sería un ejemplo que demostraría la brutalidad y la naturaleza inhumana del régimen norcoreano”, declaró el dirigente en una reunión con sus principales consejeros para la seguridad, según su portavoz.

“Nos tomamos este caso muy seriamente y estaremos pendientes del Norte”, declaró el presidente interino en una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad Nacional (NSC).

También señaló que su gobierno cooperaba estrechamente con las autoridades malasias para esclarecer el misterioso asesinato.

Kim Jong-nam fue envenenado el lunes en el aeropuerto de Kuala Lumpur, cuando dos mujeres no identificadas le clavaron agujas con veneno, informó la televisión surcoreana Chosun, citando varias fuentes gubernamentales. Las dos mujeres huyeron rápidamente en un taxi, añadió la cadena.

El hijo mayor del difunto Kim Jong-il, de 45 años, falleció de camino al hospital.

En una época, fue considerado como posible sucesor de su padre. Partidario de hacer reformas en el país y crítico con el modo de sucesión dinástica del poder, Kim Jong-nam vivía de facto en el exilio.