Las medidas tomadas por Turquía tras el intento de golpe de Estado en julio han creado un entorno “propicio para la tortura”, afirmó el viernes un experto especial de la ONU, añadiendo que los maltratos “aumentaron” después del levantamiento.

“Se pone de manifiesto que la tortura y otras formas de maltrato aumentaron en los días y semanas que siguieron al fallido golpe de Estado, sobre todo en el momento del arresto y durante la detención preventiva”, declaró el relator de la ONU para la tortura, Nils Melzer.

“Las leyes y decretos recientemente introducidos crearon un entorno propicio para la tortura”, explicó en una rueda de prensa en Ankara en la que dio a conocer sus primeras constataciones tras una visita de seis días.

Tras la intentona golpista del 15 de julio, el presidente Recep Tayyip Erdogan declaró el estado de emergencia y firmó decretos que permiten alargar la duración de la detención preventiva a 30 días, de los cuales los primeros cinco días pueden ser sin la presencia de un abogado.

Melzer, que llegó a Turquía el domingo, visitó centros de detención en Estambul, Ankara y Diyarbakir (sudeste), y se reunió con prisioneros, abogados y defensores de los derechos humanos.

Según el relator, nada indica que los sospechosos detenidos después del intento de golpe de Estado sigan siendo torturados actualmente.

También saludó “el compromiso de las autoridades para combatir y prevenir la tortura”.

Esta visita, la primera efectuada en Turquía por un relator de la ONU para la tortura desde 1998, ocurre un mes después de la publicación de un informe de Human Rights Watch que acusa a las autoridades turcas de torturar a personas detenidas tras el golpe.