Un japonés acusado de haber matado al empleado de una constructora y de haber herido a otras tres personas murió este miércoles después de haberse disparado en el estómago, cuando estaba rodeado por la policía, informaron medios de comunicación.

Yasuhide Mizobata irrumpió el lunes en las oficinas de la constructora Wakayama (oeste de Japón) y mató a un empleado e hirió a otros tres, antes de emprender la huida.

El atacante se refugió en un inmueble tras disparar a la policía que lo perseguía. Pasó la noche atrincherado, rodeado por la policía que intentaba convencerlo de que se rindiera.

Diecisiete horas más tarde se disparó una bala en el estómago. Fue detenido y transportado de inmediato al hospital, donde falleció a causa de la herida, informó la cadena NHK.

La televisión mostró a la policía que tomaba por asalto el inmueble tras oírse un disparo, y luego una ambulancia que abandonaba rápidamente el lugar de los hechos.

El sospechoso era el hijo del propietario de la empresa constructora, según los medios de comunicación.

La violencia con armas es extremadamente inusual en Japón, donde los controles para la posesión de armas son muy estrictos.

En 2015 sólo se registraron ocho incidentes con arma de fuego en todo el país, según la Agencia Nacional de Policía, en los que una persona murió y tres resultaron heridas.