“Sesenta Lulas en la Cámara”. Así tituló el Partido de los Trabajadores (PT, de izquierda) brasileño el comunicado con el que informó que todos sus diputados incorporan “Lula” a sus nombres oficiales en el parlamento, en protesta por la detención de su líder el fin de semana.

“Solicito que sea realizada la sustitución en esta casa del nombre parlamentario de Paulo Pimenta por el de Paulo Lula Pimenta”, dice el oficio cursado por el líder del bloque del PT al presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, al que accedió la Agence France-Presse.

Pedidos similares están siendo enviados a todas las legislaturas que tengan panel electrónico, incluidas las de los estados y los municipios, explicó un portavoz del partido este miércoles.

“Es una forma de solidarizarse con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva”, dijo antes de señalar que la presidenta del partido, la senadora Gleisi Hoffmann, también se sumó a la causa.

A causa del cambio, cada vez que los legisladores del PT sean mencionados para un debate o una votación deberán ser llamados con el nuevo nombre que incluye el del expresidente.

La ahora Lula Hoffmann tuvo un gran protagonismo durante las casi 48 horas en las que Lula se refugió en un sindicato antes de entregarse a la policía el sábado pasado.

Ícono de la izquierda latinoamericana y gestor de programas que permitieron sacar al país del mapa del hambre de la Organización de Naciones Unidas, el exmandatario fue condenado a 12 años y un mes de cárcel por aceptar un apartamento de una constructora involucrada en la Operación Lava Jato, que reveló multimillonarios sobornos a políticos.

Su detención sacudió al mundo político local y regional.

Lula lidera la intención de voto para las elecciones de octubre, aunque un eventual tercer mandato se volvió improbable ya que las leyes brasileñas impiden ser candidatos a condenados en segunda instancia, como es su caso.

Además, tiene otros seis juicios en curso.

La guerra de los clones

La protesta de los legisladores del mayor partido de izquierda de América Latina motivó una rápida respuesta de sus rivales políticos, usando una tradición del Congreso brasileño en la cual muchos cambian sus nombres reales.

Tal es el caso del diputado José Augusto Rosa, del Partido Republicano (de derecha), de profesión policía militar y que es llamado oficialmente como Capitán Augusto, el cargo que ocupa en esa fuerza.

Ahora, el legislador decidió agregarse también el apellido de Jair Bolsonaro, el diputado de ultraderecha que secunda a Lula en las encuestas presidenciales.

Su nuevo apelativo: Capitán Bolsonaro Augusto, según confirmó su asesoría de comunicaciones.

Pero la guerra de los clones no solo involucró a legisladores.

El concejal de Sao Paulo, Fernando Holiday, también recurrió al cambio de nombre para mostrar su apoyo al trabajo del juez de primera instancia Sergio Moro, responsable de encarcelar a Lula.

“Informo que a partir de este momento pasaré a usar el nombre Fernando Moro Holiday para las actividades parlamentarias”, escribió en su cuenta de Twitter.