Pese a que se encuentra a la cabeza de las encuestas, el futuro político del expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, podría quedar resuelto no por una instancia política, sino por una judicial.

Y es que el abanderado del Partido de los Trabajadores (PT) se encuentra a la espera del fallo de segunda instancia del Tribunal de Puerto Alegre, respecto a la condena que ya pesa sobre el a 9 años y medio de cárcel por actos de corrupción.

No obstante, en uno de sus mítines, Lula ha dicho que quiere probar su inocencia. “Es por eso que, quizá, yo sea el único político que pueda mirar a una cámara y decir: la Policía Federal mintió en la investigación”, consignó CNN en Español.

Lula fue condenado en julio a 9 años y medio de cárcel por corrupción y lavado de dinero en el marco de la Operación “Lava Jato”, que investiga una red de sobornos en Petrobras, pero recurre esa sentencia en libertad.

Fue condenado en julio a nueve años y medio de cárcel como beneficiario de un apartamento en el balneario paulista de Guarujá, ofrendado por la constructora OAS a cambio de contratos en la estatal Petrobras.

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El miércoles será un día crucial para el futuro político de este ícono latinoamericano y para la mayor economía del continente.

Quien fuera presidente de Brasil entre 2003 a 2010, enfrentará este miércoles a las 08:30 a la octava sala del Tribunal Regional de la Cuarta Región (TRF4) de Porto Alegre, compuesta por los magistrados Joao Pedro Gebran Neto, Leando Paulsen y Victor Luiz dos Santos Laus.

De acuerdo a diario El Comercio de Perú, Lula enfrenta tres posibles escenarios este miércoles, el primero y más favorable (aunque quizás improbable), es que el TRF4 lo absuelva y pueda continuar con su campaña presidencial, aunque probablemente el Ministerio Público apele a esta decisión.

Por el contrario, si se confirma la sentencia, la defensa de Lula puede recurrir a un “embargo de declaración” o un “embargo infringente”, en donde el mismo tribunal debería revisar el caso.

Aún con todo esto, y si la sentencia continuara siendo desfavorable para Lula, siempre existe la posibilidad de apelar a uno de los dos máximos órganos del Poder Judicial en Brasil, ya sea el Supremo Tribunal Federal o el Tribunal Supremo de Justicia.

El tercer escenario plantea que uno de los tres jueces que revisan el caso pida más tiempo para analizar la situación. En este escenario, el TRF4 podría aplazar el juicio en horas, días o incluso semanas.

Si el Tribunal Regional Federal 4 (TRF4) confirma la condena, Lula podría ver su candidatura rechazada por la justicia electoral y hasta ser encarcelado una vez que haya agotado todas los instancias.

El mismo exmandatario ha dicho que si no puede presentarse a las presidenciales, las elecciones serían un fraude y ha reiterados, junto al resto del PT, que las causas en su contra son sólo una persecución política.

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Por su parte, el actual presidente de Brasil, Michel Temer ha dicho al medio Folha de Sao Paulo que, a su juicio, lo mejor es que su antecesor sea “derrotado políticamente” ya que, en materia judicial “fue victimizado. La victimización no es buena para el país y tampoco para un expresidente”.

Consultado por CNN, el profesor Ricardo Ismael, de la Pontificia Universidad Católica de Brasil, dijo que “hay una especie de teoría conspiratoria de que las élites y los sectores adversarios de Lula, estarían utilizando el sistema judicial para impedir la candidatura”.

Sin embargo, culpable o no, existen grupos sociales que han mantenido su apoyo al expresidente, como es el caso de una vendedora de una feria brasileña que ha dicho “aunque resulte culpable, yo votaré por el”.