El papa Francisco llegó este viernes desde Lima a la Amazonía peruana para participar en un encuentro con comunidades aborígenes agobiadas por la deforestación, la contaminación de los ríos, la pobreza y la trata de personas.

En el segundo día de su visita a Perú, el pontífice argentino estará en Puerto Maldonado, una remota ciudad de casi 100.000 habitantes, el último punto urbano de Perú antes de adentrarse en la selva amazónica, cerca de las fronteras con Brasil y Bolivia.

El avión que transportó a Francisco despegó desde la base aérea contigua al aeropuerto internacional de Lima a las 08:49 locales (10:49 de Chile) y debe llegar a su destino en una hora y media.

“Voy a Puerto Maldonado, vuelvo a la tarde, les pido que me acompañen con la oración en este viaje. Y ahora todos juntos vamos a recibir la bendición y a saludar a nuestra madre”, dijo el papa a los fieles congregados frente a la Nunciatura, antes de partir en un automóvil cerrado negro a abordar su avión, que será escoltado por dos cazas Mirage de la Fuerza Aérea peruana.

“Cada vida cuenta: desde el principio hasta el final, desde la concepción hasta la muerte natural”, publicó Francisco en su cuenta de Twitter mientas se dirigía a la base aérea para viajar a Puerto Maldonado, 1.600 km al sureste de Lima.

El papa, un ferviente defensor del pulmón verde del planeta, es acompañado en la visita a esa remota región por el presidente peruano Pedro Pablo Kuczkynski.

Francisco enfrentará reclamos de las comunidades aborígenes y de ambientalistas preocupados por la explotación salvaje de los recursos naturales, un día después de cerrar una gira por Chile que terminó en polémica tras defender al obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos cometidos por el padre Fernando Karadima.

El tema de la pederastia en la Iglesia también ronda en Perú, aunque no se prevé que empeñe la visita papal como en el vecino país: el Vaticano intervino hace unos días al grupo laico peruano Sodalicio de Vida Cristiana, cuyo fundador Luis Fernando Figari y otros tres dirigentes están acusados de abusos sexuales.