El oficialismo venezolano se remeció este jueves con la detención del poderoso exministro de Petróleo Eulogio del Pino y del saliente titular de la petrolera estatal PDVSA, Nelson Martínez, acusados de corrupción. Ambos fueron arrestados por militares en la madrugada en sus domicilios, cuatro días después de que el presidente Nicolás Maduro los destituyera sin … Continue reading "El chavismo se remece en Venezuela con captura de dos poderosos dirigentes"

El oficialismo venezolano se remeció este jueves con la detención del poderoso exministro de Petróleo Eulogio del Pino y del saliente titular de la petrolera estatal PDVSA, Nelson Martínez, acusados de corrupción.

Ambos fueron arrestados por militares en la madrugada en sus domicilios, cuatro días después de que el presidente Nicolás Maduro los destituyera sin mencionar las causas.

Maduro respaldó el operativo, informó en Twitter el ministro de Comunicación Jorge Rodríguez, advirtiendo que “quién infrinja su juramento de lealtad y violente la confianza que le haya depositado” el gobierno “será perseguido y castigado por la justicia”.

Del Pino consideró las acusaciones como un “ataque injustificado” y sostuvo que Maduro le había pedido ignorar los rumores sobre acciones judiciales en su contra.

“Me dijo que no cayera en la guerra psicológica de quienes han traicionado la revolución y han destruido a PDVSA”, refirió en un video que pidió difundir en caso de que fuera capturado.

Según videos difundidos por el Gobierno, un militar encapuchado y con fusil tocó la puerta del departamento de Del Pino y lo esposó.

“Tiene derecho a un abogado (…), a una llamada”, expresó el agente, ante lo cual Del Pino, vestido con pantalón corto y una camiseta de fútbol, permaneció inexpresivo.

Estos son los más altos jerarcas detenidos en una ofensiva contra una presunta mafia enquistada en PDVSA, a la que el Gobierno atribuye el deterioro financiero y operativo de la compañía, que aporta 96% de las divisas del país.

Unas 65 personas han sido apresadas en las últimas semanas.

“Antes de privilegiar el mantenimiento de equipos, privilegiamos que llegaran medicinas y alimentos al pueblo”, se justificó Del Pino en su video.

A Del Pino, quien ocupó la presidencia de PDVSA hasta agosto pasado cuando asumió Martínez, se le acusa de “alteración intencional de cifras de producción de crudo”, señaló a la prensa el fiscal general, Tarek William Saab.

También de un “daño patrimonial” de 500 millones de dólares. El exfuncionario enfrenta cargos como peculado doloso y concierto para delinquir.

Mientras, a Martínez se le acusa por la firma en condiciones irregulares de un contrato de refinanciamiento de deuda de Citgo -filial de PDVSA en Estados Unidos- por 4.000 millones de dólares.

Por ese caso ya fueron detenidos el presidente y cinco vicepresidentes de la subsidiaria. Según el gobierno, hubo un soborno de 50 millones de dólares de por medio.

Los capturados “dijeron que (Martínez) estaba al tanto de las negociaciones”, que “comprometían” la propiedad de Citgo, señaló el fiscal.

“Ballenas y tiburones”

La cruzada contra la corrupción en PDVSA se produce cuando Venezuela y la empresa han sido declaradas en default por un grupo de tenedores de bonos y calificadoras por atrasos en el pago de capital e intereses de títulos de deuda.

Los bonos de la petrolera representan 30% de una deuda externa estimada en 150.000 millones de dólares, que Maduro busca renegociar.

Además de los problemas financieros, PDVSA enfrenta un deterioro operativo: su producción cayó desde los 3,2 millones de barriles diarios en 2008 a los 1,9.

Ante cuestionamientos de opositores porque recién se detiene a los “peces gordos”, el fiscal remarcó que “hay 16 ballenas y tiburones”, y advirtió que vendrán más.

Se refería a 16 personas que ordenó detener en relación con los casos de Del Pino y Martínez, algunas de las cuales, dijo, “están fuera del país y aspiramos sean entregadas a la justicia venezolana”.

Guerra de poder

Tanto Del Pino como Martínez se alternaron en distintas épocas los cargos de ministro de Petróleo y presidente de PDVSA y el primero fue la mano derecha de Rafael Ramírez, titular de la petrolera durante una década y uno de los más prominentes líderes del chavismo.

Ramírez, a quien la oposición acusa de ser el principal responsable de la corrupción y del deterioro de la industria, está en el centro de la polémica por versiones aún no confirmadas de que Maduro lo destituyó como embajador de Venezuela ante Naciones Unidas.

Los ataques en su contra también vienen del oficialismo. La dirigente Iris Varela rechazó críticas veladas de Ramírez por la crisis económica, siendo respaldada por Maduro.

“Ningún advenedizo me puede venir con cuentos a mí”, se defendió Ramírez en Twitter, recordando que hacía parte del círculo íntimo del presidente Hugo Chávez, fallecido en 2013.

Analistas políticos como Axel Capriles consideran que la “limpieza” en PDVSA responde a una lucha de poderes en el chavismo, a un año de las elecciones presidenciales.

“Es un enfrentamiento entre los beneficiarios de la corrupción, es una guerra interna entre mafias revolucionarias para deslindar quién se queda con el botín”, afirmó Capriles en Twitter.