En El Salvador la muerte de policías se está volviendo parte de las informaciones recurrentes en redes sociales, con una dosis de indignación como cada crimen en este país centroamericano.

Sin embargo el pasado jueves 1 de noviembre, en la víspera de conmemorar el día de muertos, la noticia del asesinato del agente Walter Antonio Guardado de 28 años impactaba más allá de otra baja en el cuerpo de seguridad. Su hija de 4 años figuraba entre las cuatro víctimas del ataque a las afueras su vivienda en el municipio de Coatepeque, al occidente salvadoreño, sitio en el que pereció también su esposa y un amigo que se encontraba con ellos.

Según versiones policiales todo ocurrió a las 7:30 de la mañana cuando supuestos pandilleros irrumpieron en la vivienda, disparando en repetidas ocasiones contra Guardado y su familia. La conmoción se enmarca en la saña con la que fue asesinada la hija del uniformado, quien recibió 5 impactos de bala.

Irónicamente las víctimas de este nuevo episodio de violencia se dirigían hacia un cementerio de la zona, donde enflorarían las tumbas de familiares sin imaginar que la muerte estaba por encontrarlos a ellos. Un caso que al parecer se trataría de una venganza contra miembros de la Policía Nacional Civil Salvadoreña (PNC), que ya reporta en lo que va de 2017 el ajusticiamiento de 42 de sus uniformados según consta en los registros de la corporación policial.

De la queja a la indignación

Es recurrente que en esta nación centroamericana, redes sociales como Twitter y Facebook sean utilizadas por la ciudadanía para condenar los hechos de violencia. Esta vez, la indignación se tornó en el principal sentimiento, dado que los hechores no tuvieron ningún reparo en disparar a una niña de tan solo cuatro años.

La Procuradora para la Defensa de los Derechos Humanos en El Salvador, Raquel Guevara, también expreso la urgencia de que las autoridades tomen el control para evitar más bajas de policías o familiares de estos, en lo que califica de una ola de violencia que vive su país.

El Salvador: más de 3 mil muertos en lo que va del año

Ayer en los servicios fúnebres de las víctimas, autoridades de la PNC aseguraron que tienen plenamente identificados a los responsables del crimen del agente policial y su familia. De hecho, ya se realizó una captura que sería fundamental a la hora de dar con el resto de participantes del cuádruple crimen.

Trascendió que el uniformado, destacado en una delegación policial en las afueras de la capital salvadoreña, donde también predominan las pandillas, ya había manifestado incidentes con pandilleros de la zona quienes lo fustigaban por ser miembro de la corporación policial. Sin embargo estos residían en el mismo lugar pero no en su zona de trabajo, a unas 3 horas de distancia.

Es todo con lo que la autoridad dice contar por el momento, pero no es el único crimen múltiple que remece a la sociedad salvadoreña. El pasado 14 de octubre, seis miembros de una familia también fueron acribillados en el oriente de este país, al parecer por miembros de pandillas.

Entre las víctimas, se encontraban 3 mujeres, lo que en total eleva el número de asesinatos solo en septiembre y octubre a 883; mientras que en lo que va de 2017 ya ha cobrado la vida de 3.323 personas, en un país de tan solo 6 millones de habitantes y no más grande que la región del Bío Bío, con 37 mil kilómetros cuadrados, versus 21 mil de la nación centroamericana.

Masacre de Usulután | ElSalvador.com
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