Varios miles de personas se manifestaron el jueves en Panamá para exigir una nueva Constitución que permita acabar con la corrupción, en momentos en el que el país asiste a la detención e investigación de funcionarios de distintas administraciones por diversos escándalos.

Los protestantes, convocados por el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (Frenadeso), que aglutina a varias organizaciones populares y sindicatos de izquierda, recorrió el centro de la capital panameña hasta llegar a la sede de la Corte Suprema de Justicia.

La marcha transcurrió de forma pacífica y durante la misma se escucharon consignas como “La pelea es peleando” o “Sin luchas no hay victorias”. También se vieron pancartas con lemas como “Cárcel para todos los corruptos y que devuelvan lo robado” o “Alto a la impunidad”.

“El objetivo es transformar el Estado mafioso en que han convertido a Panamá a través de una Constituyente originaria”, dijo a la AFP Saúl Méndez, secretario general del poderoso sindicato de la construcción Suntracs, uno de los convocantes.

“Los corruptos tienen que ir presos, regresar la plata y tienen que responderle a la sociedad, pero ojo, este problema es un problema congénito”, por lo que hay que refundar el país “para barrer la podredumbre que carcome al Estado”, añadió Méndez, quien anunció nuevas movilizaciones.

Durante los dos últimos años, Panamá ha sido sacudido por varios escándalos internacionales como los “Panama Papers”, sobre la creación de sociedades pantalla para presuntamente evadir impuestos en todo el mundo.

La trama de las comisiones pagadas por la constructora brasileña Odebrecht para hacerse con contratos también ha salpicado a Panamá, cuya justicia investiga además múltiples escándalos del gobierno del expresidente Ricardo Martinelli (2009-2014).

El propio Martinelli está detenido en Miami a la espera de su posible extradición a Panamá, donde la Corte Suprema de Justicia lo reclama por espionaje y lo investiga por presunta corrupción. De su gabinete más de una decena de ministros han estado detenidos o con medidas cautelares.

El presidente panameño, Juan Carlos Varela, advirtió la pasada semana que en la Corte de su país ocurren cosas “delicadas” que “no están bien”, mientras que los fiscales han denunciado presiones para no investigar hechos de corrupción.

Todo ello ha hecho que distintas organizaciones hayan expresado su temor a que la corrupción quede impune.