Seguidores del gobierno venezolano hirieron este miércoles a cinco diputados, tres de los cuales quedaron sangrando, al irrumpir violentamente en la sede del Parlamento controlado por la oposición.

Con palos y tubos, decenas de personas, algunas encapuchadas, forzaron los portones del Palacio Legislativo, donde se celebraba una sesión solemne por el Día de la independencia, y detonaron en los jardines y pasillos bombas de estruendo, desatando caos y pánico. Al menos tres estaban armados, según testimonio de periodistas.

En medio del humo de los explosivos, los oficialistas golpearon a los diputados y a otros funcionarios, y obligaron a periodistas a bajar sus cámaras y abandonar el sitio, sin que en un principio fueran contenidos por la guardia nacional.

Los diputados Américo de Grazia, Nora Bracho, Armando Armas, Luis Carlos Padilla y Leonardo Regnault fueron impactados fuertemente -tres de ellos en la cabeza- y trasladados a un centro médico. Manchas de sangre quedaron en las paredes y algunos legisladores tenían las ropas rasgadas.

De Grazia sufrió convulsiones y las heridas más graves. “Esto no duele más que ver todos los días cómo perdemos el país”, declaró a la prensa Armas, al subir a una ambulancia con vendas ensangrentadas en la cabeza.

El país vive una alta tensión por protestas opositoras que dejan 91 muertos en más de tres meses y que exigen la salida del presidente Nicolás Maduro.

Todo agravado por una devastadora crisis económica y una inflación disparada en el país con las mayores reservas petroleras del mundo.

“No nos vamos a intimidar con estos actos de violencia. Aquí nadie se rinde contra esta dictadura. No nos vamos a calar (soportar) una Constituyente comunista”, dijo el vicepresidente legislativo, Freddy Guevara.