La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, rechazó este martes comparecer ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que decidirá si es sometida a un juicio que llevaría a su destitución.

“El TSJ perpetrará una nueva violación para anular la última institución capaz de defender a las personas y manifestantes. Por esa razón no acudí, no voy a convalidar un circo que teñirá nuestra historia con vergüenza y dolor, y cuya decisión está cantada“, dijo Ortega, ante la prensa en la sede del Ministerio Público.

“No los reconozco, con este acto quedará abierto el camino para aniquilar con vías violentas el descontento popular. Ya sabemos que desde el día de hoy va a operar mi remoción, y si no es a mí, al vicefiscal”, agregó la funcionaria.

La fiscal dijo desconocer el nombramiento este martes de la polémica abogada chavista Katherine Harrington como vicefiscal, quien sustituiría a Ortega si es destituida.

La Sala Plena del TSJ -acusado de servir al gobierno- inició a la audiencia sin la presencia de la fiscal, a la que asiste el diputado oficialista Pedro Carreño, quien pidió el antejuicio de mérito a la fiscal.

Carreño, también llamado a comparecer en la audiencia, la acusó de “mentir” al afirmar recientemente que no avaló la elección de 33 magistrados hecha en 2015 por el anterior Parlamento de mayoría chavista, según ella de forma irregular.

El lunes, los abogados defensores de la funcionaria recusaron a 17 magistrados de la Sala Plena, una acción que según Ortega fue declarada esta mañana “inadmisible”.

La defensa de la fiscal argumenta que la petición de Carreño fue tratada en Sala Plena por 13 de los jueces nombrados en 2015 y “que ellos no deberían conocer sobre este caso”, al ser “parte” del mismo.

Ortega, de línea chavista, se convirtió en la más dura crítica del presidente Nicolás Maduro, al rechazar su convocatoria a una Asamblea Constituyente y denunciar que en Venezuela hay una “ruptura del orden constitucional”.