Un hombre mató a dos asaltantes que le habían robado una mochila que tenía un su automóvil, en un hecho que ha reabierto el debate en Argentina sobre la “justicia por mano propia”.

El incidente se registró durante la tarde de este jueves, en la avenida del Libertador en Buenos Aires, cuando los asaltantes montados en una motocicleta rompieron el vidrio de una camioneta y sustrajeron una mochila, que contenía dinero en efectivo, cheques y tarjetas.

El conductor del vehículo mayor comenzó a perseguir a los “motochoros” (como denominan a los asaltantes en motocicleta), y tras alcanzarlos, impactó a la máquina de dos ruedas, lo que provocó que ambos asaltantes salieran expulsados.

Los cuerpos de los motociclistas cayeron a la calle y fueron golpeados por un automóvil Honda, que según testigos no pudo evitar el impacto, consigna diario Clarín de Argentina.

Por este suceso se abrió una investigación por “homicidio culposo, robo y lesiones”. La víctima del asalto y el conductor del Honda quedaron detenidos, mientras que otros dos “motochorros” que acompañaban a los fallecidos, quedaron en prisión preventiva.

Curiosamente, la mochila que había sido robada originalmente, no fue recuperada por la policía.

Nueva debate

Este hecho recordó al del “Ingeniero Santos”, un hombre que en 1990 persiguió por el centro de Buenos Aires a dos asaltantes que le habían robado la radio de su automóvil, matando a tiros a ambos e instaurando en la opinión pública trasandina el concepto de “justicia por mano propia”.

Otro hecho similar se registró en octubre de 2016, cuando un niño de 13 años disparara y matara a un hombre que había ingresado a su hogar a robar, agrediendo de paso a su madre.

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Los casos de “justicia por mano propia” también recuerda a una anciana de 77 años, que en 2015 mató a un asaltante, o el de un carnicero que fue detenido tras perseguir y quitarle la vida a dos hombres que habían robado en su local comercial.

En ese caso, incluso el presidente Mauricio Macri pidió que el hombre fuese liberado, enfatizando que la sensación de inseguridad lo llevó a perseguir a los ladrones y a matarlos. Finalmente el carnicero logró la libertad, pero aún enfrenta un juicio por homicidio.