Un total de 31 personas han muerto en incidentes vinculados a las protestas opositoras iniciadas hace poco más de un mes en Venezuela, según un nuevo balance de la Fiscalía divulgado este miércoles.

Una fuente del Ministerio Público informó que “suman 31 muertos”, luego de que el martes falleció un motociclista arrollado por un camión que esquivaba una barricada en una autopista de Caracas y murió un joven que había resultado herido en una manifestación en Barquisimeto.

La oposición venezolana se lanzó de nuevo a las calles para protestar contra la convocatoria del presidente Nicolás Maduro a una Asamblea Constituyente, que considera un “fraude” para eludir las elecciones y afianzarse en el poder.

Bajo el lema “Contra el fraude constituyente”, la dirigencia llamó a sus seguidores a concentrarse en una estratégica autopista del este de Caracas, para luego marchar hacia un sitio que no quiso revelar.

Todas las dictaduras caen. Esta pantomima que quiere convocar no puede quitarnos nuestra mayor fortaleza: el pueblo en la calle”, declaró Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, único poder del Estado controlado por la oposición.

Decreto de convocatoria

Mientras sus opositores protestan, Maduro acudirá este miércoles a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) a entregar el decreto de convocatoria, acompañado de seguidores.

“Es un fraude madurista. Como no pueden ganar elecciones quieren imponer el modelo electoral cubano para perpetuarse en el poder”, aseguró el líder opositor Henrique Capriles, al animar a sus seguidores a la protesta.

Ninguna de las marchas realizadas por la oposición desde el 1 de abril ha logrado llegar al centro de Caracas -donde están las sedes de los poderes públicos- pues son bloqueadas y dispersadas con gases lacrimógenos por las fuerzas de seguridad.

Treinta estaciones del metro estaban cerradas en Caracas y había fuerte presencia de la fuerza de seguridad en Plaza Venezuela, una de las entradas al centro, y en una estratégica autopista.

Las protestas ocurren en medio de una seria crisis económica que socavó la popularidad de Maduro, cuya gestión rechaza, según sondeos privados, más del 70% de venezolanos, cansados de la escasez de alimentos y medicinas, la inflación más alta del mundo y la criminalidad.