La noche del viernes y la madrugada del sábado se registró un fuerte alud en la ciudad de Mocoa, ubicada al sur de Colombia, que dejó un saldo de más de 270 víctimas fatales, convirtiéndose en una de la tragedias más grandes del país cafetero.

Aunque han pasado varios días desde la catástrofe, las labores para encontrar cuerpos y sobrevivientes continúan, mientras que miles de personas despiden a sus familiares fallecidos en la tragedia.

Una de las personas que sobrevivió fue Caterin Lombona, quien la noche del viernes empezó a sentir que los ríos comenzaban a crecer, por lo que envió a sus dos hijas y a su suegra al segundo piso del hogar donde vivían. 10 minutos después, más de 15 personas habían llegado a la vivienda para refugiarse, consigna diario El Tiempo de Colombia.

El agua seguía aumentado, las piedras y los árboles se estrellaban contra la casa y todo temblaba, veíamos pasar los carros (automóviles) flotando en el agua y sonaban durísimo cuando se estrellaban contra las piedras”, señaló la mujer.

Mientras estaban refugiados en el segundo piso de la vivienda, una ola gigante irrumpió en el lugar. “Fue un ruido horrible que retumbó por todos lados. Era un monstruo”, indicó.

Lombona relata que pensaba que iban a morir, por lo que en ese instante trató de llamar a su esposo, quien trabaja en otra ciudad.

“La verdad, lo llamé para despedirme. Le expliqué que íbamos a morirnos, que lo amaba mucho, que si oía ese mensaje que orara para que nos salváramos”, agregó.

El hombre no le pudo contestar en un primer momento, pues duerme en una pieza junto a otros trabajadores, por lo que deben dejar el teléfono en silencio. Igualmente, le devolvió la llamada una hora después.

“Yo sólo le decía que nos íbamos a morir, que lo amaba pero que rezara para ver si nos salvábamos”, dijo la mujer.

Lombona y sus hijas lograron salvarse finalmente, pues dos piedras enormes quedaron atascada en la puerta de la casa y bloquearon el paso del alud.