Una multitud acompañó este domingo el sepelio de un político opositor paraguayo asesinado por la Policía durante la madrugada del sábado tras el asalto e incendio del edificio del Congreso por manifestantes antigubernamentales.

Rodrigo Quintana, de 25 años, era el presidente de la Juventud Liberal y estaba a punto de titularse como ingeniero agrónomo.

El joven recibió impactos de perdigones de metal de una escopeta disparada por un agente antimotín que penetró con otros policías en la sede del opositor Partido Liberal persiguiendo a manifestantes tras disturbios en las calles de Asunción.

“Rodrigo Quintana, mártir de la libertad y la democracia” rezaba un gran cartel que encabezó la procesión, en un trayecto de tres kilómetros a pie hasta el cementerio, en la que una de sus hijas pequeñas transportó una foto de su padre.

En horas de la tarde y la noche del viernes, los enfrentamientos entre opositores y la policía dejaron una treintena de heridos durante el asalto, destrucción e incendio de varias dependencias del Congreso paraguayo.

Las manifestaciones opositoras comenzaron como reacción a la decisión de 25 senadores oficialistas -sobre un total de 45 miembros de la cámara alta- que aprobaron un proyecto de enmienda de la Constitución para instituir la reelección presidencial, actualmente prohibida por la carta magna.

La enmienda fue aprobada a puertas cerradas en una de las oficinas del Congreso sin las formalidades reglamentarias, pasando por encima del presidente del Senado, Roberto Acevedo, que es opositor al presidente conservador paraguayo Horacio Cartes.

El policía que disparó, filmado por cámaras de circuito cerrado de la sede política y quien está detenido, declaró que pensó que su escopeta tenía balas de goma.