La Policía Federal brasileña (PF) desmanteló el viernes una red formada por inspectores sanitarios y frigoríficos para vender dentro y fuera del país carne adulterada, “maquillada” incluso en algunos casos con ácidos y productos cancerígenos.

El escándalo impacta de lleno en otro sector clave de la principal economía latinoamericana, cuyas mayores constructoras se debaten con las consecuencias del gigantesco esquema de sobornos descubiertos en la estatal Petrobras.

Los funcionarios públicos (…), mediante recibimiento de sobornos, facilitaban la producción de alimentos adulterados, emitiendo certificados sanitarios sin ninguna inspección efectiva”, indicó la PF.

La operación incluyó 27 órdenes de prisión preventiva y requirió la movilización de 1.100 agentes en seis estados: Rio Grande do Sul, Paraná, Santa Catarina, Sao Paulo, Minas Gerais, Goiás y el Distrito Federal de Brasilia.

La justicia determinó asimismo el bloqueo de 1.000 millones de reales (320 millones de dólares) de las empresas investigadas, entre las cuales figuran las líderes del sector, JBS (dueña de las marcas Big Frango y Seara Alimentos) y BRF (Sadia y Perdigao).

Las acciones de esos dos grupos se derrumbaban por la tarde. A las 14:06, JBS perdía 8,51% y BRF 7,70% en la Bolsa de Sao Paulo, cuyo índice Bovespa retrocedía 2,17%.

En la lista de investigados figuran el director y el gerente de Relaciones Institucionales de BRF y un funcionario de JBS.

JBS indicó en un comunicado que tres de sus unidades productivas (una en Paraná y dos en Goiás) fueron allanadas, pero destaca que “no hubo ninguna medida judicial contra sus ejecutivos” y que su sede en Sao Paulo no fue allanada.

Asegura además que el funcionario incriminado es “un veterinario, funcionario de la compañía”, pero que había sido “cedido al ministerio de Agricultura”, de acuerdo con la legislación.

BRF no se pronunció hasta ahora sobre los procedimientos policiales.

El ministro, Blairo Maggi, ordenó “el apartamiento inmediato de todos (los funcionarios) envueltos” en las acusaciones.

‘Productos cancerígenos’

En frigoríficos de pequeño porte se detectó el uso de “productos cancerígenos para maquillar el aspecto físico del producto averiado, el olor”, dijo el comisario Mauricio Moscardi Grillo en una conferencia de prensa en Curitiba (sur), desde donde se dirigió la operación.

También se identificó la presencia de salmonella en productos que salieron a la venta gracias al pago de sobornos, agregó.

Un contenedor de BRF fue bloqueado en un puerto de Italia, al detectarse la presencia de esa bacteria, indicó, sin otros detalles.

La poderosa Confederación de Agricultura (CNA) instó a “investigar con rigor” las acusaciones y mostró preocupación por el impacto del escándalo.

“No es justo que la imagen (de los productores rurales) se vea manchada por la acción irresponsable y criminal de algunos”, afirmó.

El operativo policial -el mayor de la historia de la PF- fue apodado “Carne Débil”, en referencia a la expresión popular que “demuestra fragilidad moral de los agentes públicos que deberían velar por la calidad de los alimentos” y por el objeto de las investigaciones, explicó la institución.