El gobierno boliviano llamó al diálogo a cultivadores de coca que cortaron desde el sábado el acceso a la sede presidencial, luego de una dura represión policial la noche del lunes, que dejó al menos 40 detenidos.

Centenares de productores de coca de los Yungas ocuparon los accesos a la plaza de armas de La Paz, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, pero fueron dispersados por la policía antimotines con profusión de gases lacrimógenos y el uso de un carro cisterna.

Tras los incidentes que, según medios locales dejaron al menos unos 40 detenidos, el ministro de la Presidencia, René Martínez, llamó al diálogo para el martes “previa suspensión de cualquier medida de presión”.

A la reunión asistirán los ministros de Gobierno (Interior), Carlos Romero, de Desarrollo Rural, César Cocarico, y el propio Martínez, “a objeto de abordar las preocupaciones que tienen sobre el proyecto de ley” de la coca, señaló el titular de la Presidencia en una carta a los manifestantes.

“También solicitaremos a la Asamblea Legislativa Plurinacional que el día de mañana (martes) se suspenda el tratamiento de este proyecto“, agregó la nota.

El congreso bicameral, dominado por el oficialismo, tenía previsto iniciar el martes la aprobación de una Ley del Régimen de la Coca que limita los cultivos de coca a máximo 20.000 hectáreas en todo el país: 13.000 en la región de Yungas y 7.000 en el Chapare, donde Morales empezó su vida política.

El líder de las protestas, Franklin Gutiérrez, explicó que los manifestantes rechazan esa distribución argumentando que la mayor parte de la producción de coca en los Yungas tiene un destino legal, para infusión, mascado y rituales religiosos andinos, mientras que la del Chapare es utilizada para fines dudosos.

Un informe de las Naciones Unidas señala que un 94% de la coca del Chapare no circula bajo control legal.

Un estudio sobre la coca de 2013, financiado por la Unión Europea, señala que la demanda local de coca en Bolivia requiere de solo 14.705 hectáreas, aunque el poder Ejecutivo aseguró que la frontera sería de 20.000 y que para ello incluso busca mercados extranjeros.

Según monitoreo de las Naciones Unidas, Bolivia tiene 20.200 hectáreas cultivadas de coca y es tercer productor mundial de la planta, tras Colombia y Perú.