La jornada del lunes diferentes medios de comunicación argentinos publicaron la denominada “Masacre de Hurlingham“, donde un hombre había matado a disparos a su pareja y a cuatro miembros de su familia, además de herir a otras tres personas, incluyendo a una embarazada que perdió a su bebé por la agresión.

Cerca de la medianoche del domingo, Diego Loscalzo, de 38 años, le arrebató a su esposa policía, Romina Maguna, la pistola reglamentaria en medio de una discusión en la vivienda de ambos y le disparó en cuatro ocasiones.

Luego huyó del lugar y en su escape también disparó a otros siete personas, matando de esa forma a cuatro de ellas.

El presunto autor de los disparos fue arrestado la tarde del lunes en Córdoba, cuando tomaba un bus de pasajeros.

A pesar de la tragedia, uno de los sobrevivientes fue Uriel de 11 años, quien era hijo de Maguna, pero que había formado un estrecho lazo con Loscalzo a quien incluso llamaba “papá”.

Según revela diario La Nación de Argentina, el hombre colocó la pistola en el pecho del niño, quien tuvo que rogarle para que no le disparara.

“Papá por favor no me mates“, le habría suplicado Urial a Loscalzo, según contó Marcelo Ochoa, vecino de la familia y quien fue testigo de lo ocurrido.

“Ojalá me perdonen”

Tras ser detenido en Córdoba, Loscalzo habría pedido perdón a sus víctimas y habría subido a la patrulla de la policía entre lágrimas.

“Ojalá me perdonen por lo que hice”, dijo el hombre tras ser arrestado, agregando que había perdido el arma con la que efectuó los disparos, aunque la policía piensa que le vendió, consigna La Nación.

Por su parte, Loscalzo será imputado por los delitos de “homicidio calificado por femicidio”, “homicidios calificados por el uso de armas” y “tentativas de homicidio calificado por el uso de armas”, arriesgando una condena de prisión perpetua.