El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, declaró este lunes una “guerra frontal contra la corrupción“, en medio del escándalo por el pago de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht a funcionarios colombianos, que hasta ahora salpica al gobierno de su predecesor Álvaro Uribe.

“Hagamos de este 2017 un año de guerra frontal contra la corrupción”, dijo el mandatario, al posicionar a Fernando Carrillo como nuevo procurador general de la nación, encargado de vigilar a los servidores públicos.

Un exviceministro de Uribe, presidente entre 2002 y 2010, y un exsenador fueron detenidos en los últimos días acusados de recibir coimas de la constructora Odebrecht. El primero de ellos fue procesado por cohecho, interés en la celebración de contratos y enriquecimiento ilícito.

La empresa fue viculada, por Estados Unidos y por la Fiscalía de Colombia, con pagar millonarios sobornos para adjudicarse obras públicas en este país entre 2009 y 2014.

Santos, presidente desde agosto de 2010 y reelecto en 2014 para un segundo mandato de cuatro años, pidió a los organismos de control resolver “estos casos a la mayor brevedad posible”.

“Hasta ahora ningún funcionario de mi gobierno ha sido señalado de haber sido sobornado por Odebrecht, pero si llegara a haberlo, ¡que le caiga todo, todo el peso de la ley!”, enfatizó, y anunció que propondrá “por ley” que los corruptos no tengan el beneficio de “casa por cárcel”.

“El cáncer de la corrupción ha hecho metástasis –como lo estamos sintiendo en estos días– y nos exige todavía más voluntad, más contundencia y mejor trabajo en equipo”, subrayó Santos.

Enfatizó, además, en que ninguno de sus familiares ha hecho “un sólo negocio con el gobierno” o “estado envuelto en algún tipo de tráfico de influencias”.

Santos, dijo que ordenó a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) que entregue a la Fiscalía toda información vinculada con los contratos cuestionados.

Odebrecht tuvo tres convenios con el Estado colombiano, informó en diciembre el gobierno. El primero de ellos fue en 2009, para la Ruta del Sol sector 2, un trayecto vial de más de 500 kilómetros que une el centro del país con el Caribe, ejecutado durante el mandato de Uribe.