La justicia venezolana aseguró este lunes que el Parlamento carece de facultad para destituir al presidente Nicolás Maduro, a quien la oposición -mayoría legislativa- se apresta a declarar en “abandono del cargo” al responsabilizarlo de la grave crisis del país.

La “Asamblea Nacional no tiene facultad para destituir al Presidente de la República”, advirtió el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), al que la oposición acusa de servir al gobierno, en una nota enviada a a la prensa poco antes del inicio de la sesión parlamentaria.

El TSJ señaló que Maduro “se encuentra en ejercicio de sus atribuciones constitucionales”, al rechazar que los diputados opositores pretendan declarar el “abandono” del cargo.

La justicia reiteró una sentencia de la Sala Constitucional y les pidió “abstenerse de continuar el procedimiento de declaratoria de ‘responsabilidad política"” contra Maduro y “de dictar cualquier tipo de acto que se encuentre al margen de sus atribuciones constitucionales”.

Aunque sus decisiones son consideradas nulas por la justicia, la Asamblea Nacional inició un debate esta tarde para declarar en “abandono del cargo” en víspera de que cumpla su cuarto año de mandato, buscando abrir la puerta a elecciones anticipadas.

En una interpretación particular de esa figura, la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) acusa a Maduro de incumplir deberes y hundir al país en una grave crisis, con escasez de alimentos y medicinas, una inflación que es la más alta del mundo y una criminalidad desbordada.

Según la ley, si el Parlamento declara “falta absoluta” del gobernante antes de que cumpla su cuarto año de mandato, se convocará a elecciones en 30 días. Pasado ese límite será sustituido por el vicepresidente para completar los dos años restantes del periodo presidencial.

Al encabezar este lunes una reunión con empresarios, bromeó sobre la iniciativa parlamentaria: “No sé si todavía soy presidente (…), voy a aprovechar el tiempo”, manifestó.

La MUD aspira a un adelanto de las elecciones generales de 2018, aunque Maduro, a quien la oposición intentó sacar del poder en 2016 con un referendo revocatorio -suspendido por el poder electoral-, se muestra seguro de gobernar hasta el fin de su mandato en enero de 2019.