“Los jóvenes estamos expectantes. La verdad, tenemos incertidumbre por nuestro futuro, tenemos dudas de lo que harán”. Esa es la categórica respuesta de Simón, 27 años, profesor de Educación Física, al preguntarle sobre el futuro de la revolución cubana que por casi medio siglo lideró Fidel Alejandro Castro Ruz, muerto hace una semana a la edad de 90 años.

Futuro de la Revolución que, tal como se ha dicho, está en duda. Especialmente, después de este 2016 en que se retomaron las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, lo que llevó a tener al presidente estadounidense después de 60 años de visita en la isla. A ello, se suma que -tal como ocurre con países que explotan el turismo a escala industrial- se inyectaron recursos provenientes de Europa en esa línea, a un país que tras el fin de la Unión Soviética tuvo que enfrentarse a una larga estrechez económica, ya que la guerra fría trajo consigo el embargo por parte de la Casa Blanca.

Pero el mismo profesor, que pidió no hacer público su apellido, reconoció que no sintió la motivación suficiente para ir a revalidar su compromiso con la Revolución, pese asegurar que “gracias al barbudo, a Fidel pues, mi madre de raza negra tuvo oportunidades. Gracias a Castro y su revolución mi familia dejó de sufrir con el tirano de Batista, tenemos educación y salud como un derecho social del pueblo y para el pueblo” explicó, poniendo su rostro serio y de respeto a la obra del cual llama “Comandante Eterno”.

A reglón seguido, Simón reconoce que tiene temor, no sólo por lo que pasará después del 4 de diciembre, sino también por estar dialogando con un extranjero: “Esto es lo que nos cansa, no podemos tener una mirada propia, pese a toda la formación que el gobierno nos entrega, ¿qué tiene de malo discrepar? Los Castro a ratos se comportan como si ellos encarnaran la verdad y justicia (absoluta)” y sigue Simón:“nosotros adherimos a los ideales comunistas, pero como jóvenes creemos que tenemos derecho a debatir sobre nuestro futuro y lo que queremos, no me gusta que una cúpula tome decisiones que afectarán mi futuro y el de mismo posibles hijos” – subrayó el profesor – evidentemente nervioso.

Las dudas de Simón sobre el futuro de la revolución cubana está instalada con fuerza por estos días, especialmente en las capitales que reciben masivamente a turistas. Por ello, los que tienen la mirada oficialista advierten que ese pensamiento es el costo de la apertura al neoliberalismo.

Es un choque constante entre los modelos que todo indica irá creciendo al paso de las semanas, especialmente porque los habaneros reconocen que desde la llegada de Raúl Castro se ha producido un “despertar económico”.

Al conversar con los meseros o personas que asisten en los hoteles, estos de inmediato adelantan que tienen expectativas que la situación económica de la isla mejore. Inclusom uno de ellos se detuvo en explicar un detalle: “Me gusta atender a los alemanes o estadounidenses, dejan mucha propina” sentenció.

Pero en la última década, tiempo que ha estado Castro en el poder, reconocen se han logrado avances como facilitar la instalación de pequeños locales comerciales, como el Café California que está en la calle 19 entre la N y la O de La Habana. Un emprendimiento de tres jóvenes que ha significado una mejora para su calidad de vida, explicaron, reconociendo que su café es muestra de los cambios que se han estado produciendo.

En el interior, que es una infraestructura modesta, mantiene una decoración con clara alusión a Estados Unidos, algo impensado para la isla hace dos décadas. Incluso desde su techo, en el mismo café, cuelga la bandera de los movimientos homosexuales lo que significa que el local es un lugar inclusivo, algo en lo que de a poco se va avanzando, según explicaron los habaneros.

Por esta razón, al recorrer las poblaciones y calles de la ciudad capital, se proyecta una clara sensación de que el país está cambiando, por lo que la partida de Fidel Castro se asume como el fin de una etapa. La gran duda, incluso de la mayoría de los habitantes y que no recoge ningún medio de comunicación de la isla, es si el buró comunista seguirá el camino de Raúl o de Fidel.