El ejecutivo de una constructora que aseguraba haber financiado con fondos ilícitos la campaña en 2014 de la hoy destituida presidenta de izquierda Dilma Rousseff se desdijo y ahora asegura que no hubo sobornos, indican el viernes los medios brasileños.

Otávio Azevedo, expresidente de la constructora Andrade Gutierrez, rectificó su declaración inicial sobre dinero procedente de sobornos que habrían servido para financiar la campaña de Rousseff y de su vicepresidente de centroderecha Michel Temer, quien este año reemplazó a la mandataria tras un juicio de impeachment.

“Según los abogados presentes en la audiencia, Azevedo rectificó su declaración anterior”, señaló la estatal Agencia Brasil.

El caso amenazaba con vincular la reelección de Rousseff en 2014 a la investigación Lava Jato (Lavadero de autos), sobre licitaciones fraguadas en la estatal petrolera Petrobras a cambio de sobornos pagados por grandes empresas a partidos y dirigentes políticos.

Azevedo había asegurado que pagó sobornos al Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff.

Pero los abogados de la exmandataria Rousseff sacaron a relucir la semana pasada un cheque de un millón de reales (unos 425.000 dólares al cambio de 2014) depositado en la cuenta del PMDB, el partido de Temer, con la mención “Elección 2014 Michel Miguel Elias Temer Lulia Vice-Presidente”.

Ello llevó al juez que instruye el caso en el Tribunal Superior Electoral (TSE) a ordenar un nuevo interrogatorio de Azevedo.

El exejecutivo “rectificó su declaración y dijo que todas las donaciones hechas al partido y a Dilma fueron legales, incluyendo la transferencia que consta en un cheque de un millón de reales entregado a la campaña de Temer”, refirió un abogado del PMDB.

Esa versión fue confirmada por un abogado de la campaña de Rousseff.

La nueva versión podría alejar la perspectiva de que el TSE pronuncie la anulación de los comicios de 2014.

Ese temor había llevado a los abogados de Temer y del PMDB a pedir la desvinculación de las cuentas de campaña de los dos miembros de la fórmula victoriosa.

Rousseff fue destituida este año bajo la acusación de manipular las cuentas públicas, para presentar buenos resultados que aseguraran su reelección.