Atrás quedó el buen recuerdo de Barack Obama en La Habana. La elección de Donald Trump regresó a muchos cubanos a la desazón y duda frente a Estados Unidos, el adversario con el que empezaban a familiarizarse después de cinco décadas de enemistad.

Sorpresa. Incertidumbre. Pesimismo. El triunfo del magnate de 70 años estaba en boca de muchos cubanos que al final no sabían bien qué esperar de Trump, debido a sus oscilantes opiniones frente al histórico proceso de acercamiento entre los dos países.

Sin aún referirse al mandatario electo, el gobierno de Raúl Castro eligió este miércoles de desconcierto mundial para anunciar que la semana próxima realizará su tradicional ensayo nacional de defensa frente al “enemigo”, la expresión con la que alude a una hipotética invasión desde Estados Unidos.

Desde muy temprano muchos cubanos fueron a las zonas wifi para comunicarse con sus familiares en Estados Unidos. Varios llevaban camisetas estampadas con imágenes de Nueva York o Chicago.

Trump “para mí es lo peor y pienso que para todo cubano es lo peor. Ese hombre no tiene escrúpulos, fascista, para mí es una persona horrible”, dijo a la AFP Alison Taylor, una estudiante de epidemiología de 18 años.

Su novio emigró hace dos años y hace uno que no lo ve. Según cuenta, ahora teme que la política frustre el reencuentro.

“Todo cubano tiene un sueño de conocer a sus familiares, tanto tiempo que lleva sin verlos, ahora mismo estoy conversando con mi novio que está en New Jersey y estamos hablando de ese tema y como que te duele”, agrega.

Con Obama, los cubanos no solo vieron de regreso los cruceros, las remesas y los vuelos comerciales desde el otro lado del estrecho de Florida, sino que además tuvieron la primera visita de un mandatario estadounidense en 88 años.

Fue el gesto que selló el proceso que arrancó en diciembre de 2014 y se afianzó con el restablecimiento de relaciones diplomáticas en julio de 2015, y que pretendió Obama tornar irreversible con una serie de directivas que relajaron las sanciones comerciales del embargo vigente desde 1962.

Ambivalente

“El discurso de Trump sobre Cuba ha sido francamente ambivalente”, comentó a la AFP Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida.

Primero, recuerda el experto, saludó el acercamiento con La Habana, pero después “prometió” revertir las medidas que aliviaron el embargo estadounidense y “presionar” al gobierno de Raúl Castro a favor de la “libertad política y religiosa”.

“Esta nueva posición probablemente le ganó el apoyo de gran parte del voto cubanoamericano conservador en el sur de la Florida”, dijo.

Con Trump la incertidumbre está de vuelta, salvo en un aspecto: el embargo seguirá siendo una realidad ahora que los republicanos conquistaron mayoría en ambas cámaras del Congreso.

Marcos Creach repara teléfonos celulares. Es un trabajador privado de 27 años, uno de esos emprendedores cubanos que Obama alentó indirectamente durante su visita a la isla.

“Tengo miedo, porque hay muchas cosas que se pusieron vigentes con Obama cuando vino aquí”, y Trump “puede como presidente de Estados Unidos poner un muro, un obstáculo para que esas cosas no se cumplan”, señaló.

Hace poco conversó con su padrastro en Estados Unidos, quien le dijo que podía perder el empleo por la política antiinmigrante del futuro mandatario.

De su lado, Duany estima probable que bajo el gobierno de Trump “el comercio, las comunicaciones, los viajes, las remesas y otras transacciones financieras entre ambos países se limiten nuevamente”.

Todavía más difícil será “imaginar que el presidente Trump nombre a un embajador estadounidense en La Habana y que este sea aprobado por el Congreso”, advierte.

Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un centro de pensamiento con sede en Washington, coincide en que “Trump ha sido poco coherente en su posición sobre Cuba”, y contará con la “autoridad de regresar a una política más dura hacia la isla”.

Sin embargo, remarca, “no ha sido ni probablemente será un tema prioritario para Trump, y no está claro si intentará revertir una política hacia Cuba que, de acuerdo a las encuestas, tiene bastante popularidad”.