El estado de salud del exdetenido de la prisión estadounidense de Guantánamo Jihad Diyab, refugiado en Uruguay desde 2014 y en huelga de hambre hace más de dos meses, se deteriora rápidamente, indicaron a la AFP allegados y fuentes médicas este jueves.

Diyab, quien llegó a Uruguay a fines de 2014 en un grupo de seis exdetenidos de la prisión norteamericana, inició en julio pasado una huelga de hambre exigiendo ser trasladado a otro país, ya que considera que no podrá mantener a su familia -actualmente en Turquía- en suelo uruguayo.

Su relación con el gobierno de Tabaré Vázquez se tensó luego de que dejó el país y se presentó ante el consulado de Uruguay en Venezuela, tras lo cual quedó detenido y casi un mes después fue deportado a Montevideo, el 30 de agosto.

En Venezuela inició su huelga de hambre, y por segunda vez esta semana, comenzó una “huelga seca”, es decir, sin ingesta de líquidos.

La doctora Julia Galzerano, del Sindicato Médico del Uruguay, que ha atendido a Diyab, señaló a la AFP que la última hidratación que recibió data del pasado lunes al martes.

Diyab decidió que no quiere recibir asistencia en caso de caer nuevamente en coma, como ocurrió en setiembre pasado, y “nombró a tres personas como sus representantes” para decidir sobre cualquier tratamiento.

“La decisión de él fue plasmada en un protocolo con escribano”, explicó la médica, quien dio cuenta de la gravedad de la situación que atraviesa Diyab luego de 63 días sin ingesta de alimentos y por su decisión de detener el consumo de líquidos.

Galzerano explicó que las estadísticas marcan que un ser humano puede vivir hasta 100 días sin alimentos y unos siete días sin líquidos, dependiendo de cada organismo, y fue clara en indicar que es posible un desenlace fatal de esta huelga de hambre.

“Dolores agudos y calambres”

Ana de Bittencourt, una de las personas que voluntariamente acompañan al refugiado sirio en su apartamento del centro de Montevideo como parte de una agrupación civil que se ha denominado “Vigilia por Jihad Diyab”, dijo este jueves a la AFP delante de la vivienda, que el hombre experimenta “pérdida de movilidad, dolores agudos y calambres”.

De Bittencourt señaló que Diyab pide que el gobierno uruguayo le explique los alcances del acuerdo con Estados Unidos, mediante el cual él y sus compañeros llegaron a Uruguay, y quiere saber “por qué no ha aparecido un país” para recibirlo.

El Ejecutivo, de su lado, ha señalado en una misiva dirigida al exrecluso -divulgada el martes- que éste cuenta con todos los documentos para dejar el país si así lo desea, una visión que no es compartida por el refugiado, según sus allegados, toda vez que no pudo, por ejemplo, permanecer en Venezuela.

Según el gobierno uruguayo, que citó una comunicación de su par venezolano, la detención de Diyab en Caracas -que nunca se ha pronunciado públicamente sobre el caso- se produjo para “averiguaciones” por su ingreso ilegal a ese país.

Desde el viernes pasado, el gobierno de Uruguay ha exhortado en dos ocasiones a Jihad Diyab a deponer su huelga de hambre. Primero lo hizo el canciller Rodolfo Nin Novoa en rueda de prensa, y luego lo hizo la cancillería a través de la carta pública.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores reitera y reafirma entonces nuevamente, su disposición para reiniciar de inmediato todos los procedimientos necesarios para proceder a su reunificación familiar, en cuanto usted así lo disponga”, indicaba el texto emitido el martes.

Sin embargo, Diyab ha señalado en reiteradas ocasiones que su deseo es dejar Uruguay, un país al que no se ha adaptado y en cuyo gobierno no confía.

Este jueves, según informó el noticiero local Telenoche, la Justicia determinó que una junta médica analice el caso para saber si el hombre debe ser atendido, luego de una denuncia judicial interpuesta por el Ministerio de Salud Pública que alega -siempre según el medio- que médicos del sistema público de atención no pudieron ingresar al domicilio de Diyab el martes.

Sus allegados, consultados por la AFP, rechazaron ese extremo y señalaron que todos los médicos que han llegado hasta la casa han podido verle.

El miércoles, el nexo nombrado por el Ejecutivo uruguayo para comunicarse con los seis exdetenidos, Christian Mirza, hizo pública una carta en la que comunica que ya no ejercerá esa función en el caso de Diyab. “De mi parte siento que nada más puedo aportar”, resumió en su misiva.