La guerrilla de las FARC ganó la lucha contra el Estado en Colombia luego de más de medio siglo de enfrentamientos porque abrió una “brecha” para hacer oposición política sin armas, dijo a la AFP la mujer del fallecido líder histórico rebelde Manuel Marulanda, “Tirofijo“.

“Ganamos porque hemos abierto una brecha. ¡Por supuesto que ganamos!”, señaló el martes la guerrillera Sandra Ramírez, compañera sentimental durante 24 años del emblemático “Tirofijo“, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tras una sublevación campesina en 1964.

“Terminamos el conflicto armado, dejamos las armas, continuamos la lucha de otra forma, donde las armas no tienen nada que ver. Por hacer oposición no nos pueden matar. (Acabar con) esa cultura tan enraizada en nuestro país de que por hacer oposición nos matan, ese compromiso fue el que logramos arrancar”, dijo.

Podemos protestar y no por eso voy a ser víctima de desapariciones, de que me encarcelen“, agregó esta mujer de 52 años, notoriamente emocionada de estar en la Décima Conferencia Nacional Guerrillera que debe ratificar el acuerdo de paz alcanzado con el gobierno de Juan Manuel Santos tras casi cuatro años de negociaciones en Cuba.

Para Ramírez, Colombia vive “un momento muy importante” ante la solución política siempre propugnada por las FARC que se logró para poner fin a la conflagración interna.

“Es un nuevo proceso que nos genera por supuesto temores, pero asimismo con toda responsabilidad vamos a abordarlo. Nos abrimos otra posibilidad: vamos a construir entre todos una patria mejor para todos los colombianos”, celebró.

Para Ramírez, Marulanda, fallecido en 2008 aparentemente por causas naturales, “seguro que estaría muy feliz”. “Él había contemplado, había avizorado esta posibilidad, la escribió”, aseveró.

La transición de las FARC hacia un movimiento político legal es parte de los debates de unos 350 delegados de las estructuras rebeldes de toda Colombia, que asisten a la conferencia que se desarrolla hasta el viernes en el aislado paraje El Diamante en el Caguán, bastión de la guerrilla en el sureste colombiano.

En cinco décadas, el conflicto armado en Colombia ha dejado unos ocho millones de víctimas, incluidos 260.000 muertos en enfrentamientos de guerrilleros con paramilitares de derecha y agentes del Estado, pero también civiles asesinados en matanzas perpetradas por unos y otros.