Un juez de Brasil determinó este lunes que los organizadores de los Juegos Olímpicos no pueden reprimir manifestaciones pacíficas dentro de los estadios, después de que varios hinchas fueran expulsados por protestar contra el presidente interino Michel Temer.

El juez federal de Río de Janeiro, Joao Carneiro Araujo, determinó que los organizadores no pueden “impedir la manifestación pacífica de cuño político mediante la exhibición de carteles, uso de camisetas y otros medios legales en los locales oficiales de los Juegos Olímpicos de Río-2016”, informó un asesor del juzgado a la AFP.

En múltiples incidentes desde la apertura de los Juegos el pasado viernes, la policía ha confiscado carteles con la leyenda “Fora Temer” (Fuera Temer), y en algunos casos hasta ha expulsado a los hinchas de sus asientos en plena competencia.

Hasta que exista una sentencia definitiva, la medida cautelar de Araujo tiene “efecto inmediato” y fue adoptada después de una acción promovida por la fiscalía contra el comité organizador de los Juegos, el gobierno del Estado de Rio y el gobierno federal.

También determinó que los acusados deben pagar una multa de “10.000 reales (unos USD 3.150) por cada acto que viole la presente decisión”.

Los organizadores respaldaron el domingo la decisión de detener a estos hinchas, de acuerdo a la Carta del Comité Olímpico Internacional (COI), que dice que “ningún tipo de protesta” está permitida.

“Estamos alertando al público de que estos tipos de manifestaciones no están permitidas dentro de las instalaciones”, dijo el portavoz del comité organizador Rio-2016, Mario Andrada.

Uno de los casos que ganó más repercusión fue el de un hombre que fue expulsado forzosamente por cuatro agentes de la policía de élite por gritar “Fora Temer” durante una competencia de tiro con arco.

El tenso episodio fue filmado por otro espectador y se propagó rápidamente por las redes, donde numerosos internautas indignados llamaron a nuevas protestas.

El Ministerio de Justicia alegó que las reglas prohíben a los espectadores entrar con cualquier “ítem que pueda perjudicar la competición” y esto incluye “cualquier ítem con un mensaje político, religioso, racista, discriminatorio, difamatorio o xenófobo”.

Temer asumió la jefatura de Estado en forma interina en mayo cuando la presidenta Dilma Rousseff fue suspendida del cargo mientras es juzgada por el Congreso por maquillaje de las cuentas públicas.

Rousseff puede ser destituida a fines de agosto, apenas días después del fin de los Juegos.

Con la crisis política llegando al clímax, los organizadores no han conseguido impedir que las tensiones salpiquen las Olimpíadas, ni siquiera en la ceremonia inaugural, cuando Temer fue abucheado al declarar los Juegos abiertos en el estadio Maracaná.