A sus 77 años, Pedro Pablo Kuczynski, el presidente de Perú desde este jueves, no quiere perder tiempo para llevar a cabo su “revolución social”.

El exbanquero de Wall Street ya ha anunciado una gran inversión en las escuelas públicas del país y ampliar la cobertura de agua potable para los peruanos, uno de los males de los sectores más pobres.

También ha anunciado viajes por el país para impulsar el desarrollo, estrechar lazos con Chile y una visita a China para reforzar el intercambio comercial.

Este economista liberal ganó en los comicios del 7 de junio por un estrecho margen de 40.000 votos a Keiko Fujimori, la hija de Alberto Fujimori, que hoy está en la cárcel por corrupción y violaciones a los derechos humanos.

Ministro de Energía y Minas en el segundo gobierno de Fernando Belaúnde en la década de 1980 y luego de Economía y primer ministro del presidente Alejandro Toledo (2001-2006), PPK, el acrónimo por el que le conocen sus compatriotas, tendrá que echar mano de su experiencia para reactivar la economía y enfrentar la inseguridad ciudadana que amedrenta a los peruanos.

Nacido en Lima en 1938 de padre alemán y madre francosuiza, “El Gringo” como le llaman sus compatriotas por su acento extranjero, ha trabajado duro para desprenderse de una imagen que lo encasilla como lejano a los sectores pobres y cumplir las promesas de campaña.

Con un equipo de tecnócratas con amplia experiencia en gobiernos precedentes, ha prometido una “revolución social” en un país marcado por las desigualdades y los altos índices de pobreza (22% de la población).

Primo del director de cine Jean-Luc Godard, su vida ha sido en cierta forma de película: acompañó a su progenitor en labores sociales en la selva peruana y se educó en Reino Unido, Suiza y Estados Unidos.

“De mi padre aprendí muchas cosas, entre ellas la igualdad”, sostiene este hijo de un doctor que huyó de la Alemania de Hitler en la Segunda Guerra Mundial, y que viajó por Perú haciendo labor social.

Su esposa Nancy, estadounidense, es prima de la actriz Jessica Lange. Como primera dama, ha anunciado que su labor se centrará en la niñez.

Las polillas del palacio de gobierno

Amante de la buena mesa, humor cáustico y reputado músico -concertista de flauta traversa del Royal College of Music- hace unos días anunció con cierta sorna que no se trasladará a vivir en Casa Pizarro -el palacio de gobierno-, porque tiene polillas y necesita una profunda restauración, prefiriendo permanecer por el momento en su casa del barrio residencial de San Isidro de Lima.

Pero más allá de la logística, en las próximas semanas le tocará demostrar la flexibilidad de su cintura política para lidiar con una ‘papa’ caliente, llamada Alberto Fujimori.

El autócrata que gobernó Perú con mano de hierro durante una década que desde hace diez años purga una condena en la cárcel por crímenes de lesa humanidad y corrupción acaba de solicitar un indulto.

Si no lo hizo el actual presidente (Ollanta Humala) es altamente improbable que yo lo haga“, precisó el vencedor de los comicios contra Keiko Fujimori, quien desde su derrota ha mantenido un perfil bajo, sabedora de que su fuerza radica en la mayoría absoluta que su partido, Fuerza Popular, tiene en el Congreso unicameral.

Este ferviente seguidor del libre mercado, que tuvo que renunciar a su nacionalidad estadounidense para llegar al poder, planea bajar impuestos para reactivar una economía tradicionalmente exportadora y crear tres millones de empleos con el impulso de inversión pública y privada.

También espera cumplir con llevar agua potable a unos 10 millones de peruanos que aún no cuentan con ese servicio. “Yo no soy político, soy un economista que quiere hacer algo por su país“, ha dicho siempre este músico que cambió la clásica para endulzar a su audiencia con la música andina.