Las fuerzas del este de Libia -leales al mariscal Jalifa Haftar- perdieron una importante terminal petrolera a manos de grupos armados rivales, en un contexto de inseguridad crónica y luchas por el poder en este país norteafricano sumido en el caos.

Desde la caída del régimen del dictador Muamar Gadafi en 2011, muchas milicias armadas controlan algunos sectores de la capital, Trípoli, y regiones del país.

Además, Libia está hoy dirigida por dos autoridades rivales que se disputan el poder: el gobierno de unión nacional (GNA) en Trípoli, reconocido por la comunidad internacional, y un gobierno no reconocido, basado en el este del país que controla el mariscal Haftar.

Las fuerzas dirigidas por éste se habían hecho con el control de las cuatro principales terminales petroleras del país -Zueitina, Brega, Ras Lanuf y Al-Sedra-, que aseguran lo esencial de las exportaciones libias de crudo desde el nordeste.

La toma

El viernes por la tarde, grupos islamistas se apoderaron de una de esas instalaciones petroleras, según informó este sábado un mando militar de las fuerzas leales a Haftar.

Los combatientes de las Brigadas de Defensa de Bengasi (BDB) “llegaron hasta el aeropuerto principal de Ras Lanuf”, afirmó el coronel Ahmad al Mismari. “Hemos perdido dos mártires (…) entre nuestros combatientes”, dijo.

“Los asaltantes estaban equipados con tanques modernos y un radar para neutralizar a nuestra fuerza aérea”, añadió el coronel, quien precisó que la “batalla continúa”. “La situación en la zona de la ‘Media Luna’ petrolera sigue bajo (nuestro) control”, aseguró, refiriéndose a la región petrolera del nordeste de Libia.

Escalada militar

Las BDB, formadas por grupos islamistas, habían sido expulsadas de la ciudad de Bengasi (este) por las fuerzas del mariscal Haftar, que ha declarado la guerra a los grupos islamistas y radicales presentes en el este del país.

Aliadas a tribus del este de Libia, las BDB lanzaron el viernes una nueva ofensiva para intentar conquistar las terminales de la “Media Luna” petrolera del país.

Tras fracasar en cuatro intentos anteriores, “regresaron con fuerzas más importantes” reconoció el coronel Mismari. “Hemos decidido desplazar todos los aviones a un lugar seguro”, agregó.

Por su lado, el GNA, el gobierno cuya autoridad cuestiona Haftar, afirmó en un comunicado “no tener ningún vínculo con la escalada militar que se produce en la región de la Media Luna petrolera”.

El GNA aseguró no haber dado “ninguna directiva ni orden a ningún grupo para dirigirse a esa zona”. Este ejecutivo advirtió, no obstante, que “no permanecerá de brazos cruzados si prosiguen los enfrentamientos en esta zona o en otros lugares” de Libia.

Ha habido varios intentos para tratar de acercar al GNA y al mariscal Haftar, pero hasta ahora todos han sido infructuosos.

Libia no solamente está desgarrada por las rivalidades entre sus milicias, sino también entre sus decenas de tribus, componentes esenciales de su sociedad.