Las autoridades paralelas que controlan el este de Libia decidieron prohibir a las mujeres viajar solas al extranjero, después de varios presuntos casos de espionaje.

A partir de ahora, las libias de menos de 60 años residentes en ese territorio sólo podrán salir del país con un “mahram” (tutor masculino, que puede ser el marido o un hombre de la familia).

“La decisión no está motivada por la religión o la política”, afirmó el general Abdelrazek al Nadhuri, jefe del Estado Mayor de las fuerzas leales a las autoridades del este y promotor de la medida.

“Se trata de la seguridad nacional de Libia”, añadió, citado por la agencia oficial de ese gobierno no reconocido por la comunidad internacional.

“Respetamos a la mujer libia, que mientras permanezca en el territorio es totalmente libre. Pero en cuanto salga, tenemos que vigilarla”, precisó, aludiendo a “casos de libias que han tratado con servicios de inteligencia extranjeros”.

Críticas en redes sociales

La decisión ha levantado una ola de críticas por parte de los libios en las redes sociales.

“Somos la mayoría en este país. ¿Hay que entender que más de la mitad de la población está dispuesta a traicionar a la patria?”, se preguntaba una cirujana libia en Facebook.

“¿Estamos diciendo que la mujeres pueden practicar el espionaje siempre y cuando un mahram las acompañe?”, ironizaba otro internauta.

“Estoy indignado ante este insulto a las mujeres libias. Su derecho de viajar, garantizado por el Creador, ha sido ultrajado por la decisión del general Al Nadhuri”, afirmó en Twitter Salah al Marghani, exministro libio de Justicia.

Desde la caída del régimen de Muamar el Gadafi en 2011, dos autoridades políticas se disputan el poder en Libia: el Gobierno de Unión Nacional (GNA), ejecutivo respaldado por la ONU y basado en Trípoli, y una autoridad rival en el este apoyada por el Parlamento e instalada en Tobruk.

La condena a esta polémica decisión se ha extendido por todo el país: mujeres y hombres, del este y del oeste de Libia, parecen estar de acuerdo en este caso.

“Aunque viva en Trípoli, solo puedo indignarme por esta decisión”, aseguró a la AFP Nur al Huda Sharif, una estudiante de 21 años.